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Triste final de Ares: el perrito que murió electrocutado

Ares dio con una caja de conexión o empalme de energía, que es utilizada por los electricistas para tener acceso a los cables que distribuyen la energía por todo el parque. Uno de los cables estaba suelto y pelado, ocasionando el lamentable accidente.

“Era mi niño”, así describió Adriana Patricia Vélez a Ares, su perro, una mezcla de labrador y pitbull de 2 años, al que tuvo que despedir para siempre entre lágrimas después de los terribles acontecimientos de ayer, en el municipio de Itagüí.

“Yo todos los días lo sacaba, él me esperaba juicioso a que yo me organizara y a las 9 o 10 de la mañana me iba para el Parque del Artista con él, y lo soltaba porque le gustaba mucho brincar y jugar. Ayer lo solté como siempre, ahí junto a los juegos de los niños”.

En un momento sintió que Ares cayó como desmayado mientras sostenía algo en la boca, “yo creí que era un palo y me fui a agarrarlo pero ahí mismo me encalambré y caí en cuenta que lo que tenía era un cable de energía”, explicó.

Resultó que Ares dio con una caja de conexión o empalme de energía, que es utilizada por los electricistas para tener acceso a los cables que distribuyen la energía por todo el parque. Uno de los cables estaba suelto y pelado, ocasionando el lamentable accidente.

En un momento sintió que Ares cayó como desmayado mientras sostenía algo en la boca, “yo creí que era un palo y me fui a agarrarlo pero ahí mismo me encalambré y caí en cuenta que lo que tenía era un cable de energía”, explicó.

Resultó que Ares dio con una caja de conexión o empalme de energía, que es utilizada por los electricistas para tener acceso a los cables que distribuyen la energía por todo el parque. Uno de los cables estaba suelto y pelado, ocasionando el lamentable accidente.

Estas cajas permanecen selladas por seguridad, pero, por ociosidad o vandalismo, hay personas que arrancan las tapas de estos contenedores dejando expuestos los cables.

Una víctima inocente
Aunque lo llevaron a un centro veterinario, Ares falleció por la gravedad de las quemaduras.
Pero no es la primera vez que esto pasa, pues hace dos años, por poco sufre la misma suerte de cuenta de un cable suelto que había caído a un charco prácticamente en el mismo punto de los acontecimientos de ayer.

“Allá todos los días van familias con niños y mascotas, y con esos cables sueltos en cualquier momento puede suceder un accidente. Hablamos con algunos de los vecinos y nos contaron que ya ha pasado antes con otros perros”.

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