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Los trancones cada vez son más eternos en el sector de la Clínica Carlos Ardila Lülle

La comunidad del sector de Cañaveral afirma que los trancones, los vendedores ambulantes, el transporte informal y la falta de cultura vial son el pan de cada día en esta zona.

Eterno se ha vuelto el tiempo, a la hora de movilizarse sobre las calles cercanas al Centro Médico Ardila Lulle. Cada vez este trayecto se vuelve más complicado para los conductores y peatones que se movilizan sobre este lugar. 

Según el taxista Victor Saavedra, la congestión vehicular sobre la Fosunab y la Ardila Lulle es impresionante, ya que hay mucho embotellamiento y las autoridades de tránsito no colaboran.

“Le dan vía a los que vienen del bosque, tapan, esperan que se desocupe el semáforo y le dan vía a los que salen de la Cardiovascular, esto está lleno a toda hora”, indicó el taxista Victor Saavedra. 

Al igual que Victor, muchos conductores creen que el problema en la movilidad es la inexactitud en la labor de los agentes de tránsito presentes en el sector. 

Otro problemas

Q’hubo tuvo la oportunidad de conversar con los conductores del sector, ellos no solo identificaron los trancones como problema principal, sino también los accidentes, la excesiva venta informar y el poco paso peatonal que se da en el sector. 

Andrés Sánchez Osorio, es un florideño que transita diariamente por estas vías. Él manifestó que ha tenido varios incidentes a la hora de manejar, pues han chocado su moto en muchas ocasiones. 

“Yo iba subiendo hacia el semáforo de la Ardila Lulle, cuando me encontré con un trancón, me detuve a esperar y ahí sentí un golpe en la moto. Un Mazda 3 me había chocado y  me había doblado la placa de mi vehículo, lo peor fue que nadie me respondió”, indicó el motociclista.

Otro caso es el de Alberto Lozano, un residente del sector quien hace poco tuvo una intervención médica y al salir de la clínica no pudo ser recogido por sus familiares, ya que el trancón imposibilitaba el tránsito. 

“Acababa de salir de una intervención quirúrgica, mis hijos me iban a recoger y el trancón no dejaba avanzar, me tocó caminar tres cuadras hasta donde ellos estaban, colocando en riesgo mi salud, porque yo me sentía muy débil”, comentó Lozano.

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