A ‘Cuadra Play’ volvió el desorden, el consumo desmedido de alcohol y droga, el exceso de ruido, las riñas, los borrachos, las aglomeraciones, los trancones y el desorden total, con la nueva extensión del horario de funcionamiento de bares, recién otorgada por las autoridades tras la progresiva mejoría en la situación epidémica.
A las 8:30 de la noche, del sábado, los bares ubicados sobre las carreras 34 y 35 entre calles 48 y 49, así como sobre la calle 48 entre carreras 33 y 35, estaban a ‘reventar’; tanto así, que para ingresar a alguno se requería permanecer por varios minutos en una larga fila donde no había distanciamiento social y escasamente se le veía a una que otra persona usando el tapabocas correctamente.
Las ganas de ‘rumbear’ o tomarse un trago en compañía saltaba a la vista.
El movimiento de personas en ‘Cuadra Play’, durante este fin de semana, fue el mismo que se veía hace más de un año, cuando la pandemia aún no había llegado al país y nada limitaba las salidas a tomar o bailar. Mejor dicho, ‘Cuadra Play’ parecía haber recobrado su normalidad.
Sobre las 10:30 p.m. ‘Cuadra Play’ estaba en su máximo descontrol. El gel antibacterial quedó de decoración en la entrada de los negocios, así como la marcación del distanciamiento social. Del control de aforo y el uso de tapabocas ni hablemos, a nadie le importó usarlo pese a estar inmerso en tumultos.
Sobre las 12:30 p.m, cuando ya había pasado la hora de cierre, la rumba siguió prendida. Mejor dicho si de ‘burlarse’ de las autoridades se trata, en esta zona saben cómo hacerlo. Y de esto es lo que se quejan los vecinos.
“Ahí venden droga sin pena y sin miedo, las zonas verdes son utilizadas para esconder las armas blancas, los frentes de la casa son los orinales.
“Estamos cansados de pedir atención, de pedir que verifiquen los permisos de funcionamiento y más ahora con la situación de pandemia necesitamos que se tomen esto en serio”, precisó una residente de la zona.
Con lo ocurrido este fin de semana, la medida de ampliar el horario de funcionamiento de bares no fue bien recibida, porque a juicio del vecindario “más allá de iniciar procesos de reactivación económica, se deben establecer controles para que la desobediencia de unos no exponga a otros al riesgo”