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Video: Confirman presencia del cangrejo rojo en Santander, especie invasora muy peligrosa

Estos animales son unos depredadores agresivos que consumen peces, alevinos de peces, ranas, renacuajos, insectos acuáticos y cangrejos nativos, estos últimos muy presentes en Santander.

Este hallazgo supone un problema para el ecosistema de la región toda vez que el llamado cagrejo rojo es una especie invasora que puede alterar los entornos en los que habita.

“Sus impactos negativos documentados en los ecosistemas en donde ha sido introducida son, reducción de las especies de plantas acuáticas, deterioro de las orillas por las excavaciones que hace para anidar, daño de sistemas de irrigación en cultivos, extinción de especies propias de algunas regiones (nativas y endémicas) y transmisión de agentes infecciosos que pueden afectar la salud humana y animal (tanto de silvestres como domésticos)”, indicó la autoridad ambiental en un comunicado.

La CAS anunció más visitas de seguimiento y control para evitar que esta especie se propague.

Esta es la primera confirmación por parte de la autoridad ambiental del crustáceo en Santander, después de que miembros de la comunidad de Villanueva encontraron estas langostas en la zona en agosto de 2022.

Un invasor agresivo

La preocupación de expertos y autoridades ambientales de Colombia sobre la presencia y expansión de esta langosta tiene que ver con la agresividad de la especie, su alta tasa de sobrevivencia y las enfermedades que pueden transmitir a los humanos.

De acuerdo con Ada Acevedo – Alonso, Bióloga Carcinóloga con Maestría en Ciencias estos animales son unos depredadores agresivos que consumen peces, alevinos de peces, ranas, renacuajos, insectos acuáticos y cangrejos nativos, estos últimos muy presentes en Santander.

“Potencialmente también podrían atacar camarones e incluso son caníbales. Entonces comen literalmente de todo y comen bastante. Como son agresivos muchas veces lastiman a los animales no para consumo, sino por el nivel de agresividad. También consumen las plantas acuáticas, no las que tenemos como invasoras, como los juncos, el buchón y todas las que crecen en exceso, pero si se comen las que tiene un efecto grande sobre la flora y la fauna acuática”, explicó la experta, miembro de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Acevedo también indicó que entre los riesgos también está en las múltiples galerías hondas que hacen en los terrenos para el proceso de anidación. Estos huecos afectan los terrenos y han recibido reportes en Boyacá de filtraciones de agua con daños sobre las estructuras de contención de los ríos. También hay registros de contaminación por el barro que sacan para los huecos, pues aumentan los sedimentos en el agua y si es un terreno en el que cultivan productos muy delicados, se daña inmediatamente.

“En Colombia también se ha verificado, en la zona de Cajicá, que el animal transmitió un parásito pulmonar, que se llama paragonemos, que aunque ya estaba en el país, genera preocupación pues es otro factor que causa una infección pulmonar en la población”, informó.

Además de que pueden sobrevivir a dos días de caminata sin necesidad de agua, estos crustáceos tienen cerca de 200 a 500 huevos por fecundación y las hembras pueden guardan la espera del macho por seis meses, por lo que su tasa de reproducción es demasiado alta.

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