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Vandalismo y abandono, panorama desolador en estaciones de Metrolínea

‘Elefantes blancos’, estructuras en desuso, en abandono y que operan ‘a medias’, en el área metropolitana de Bucaramanga, hacen parte del listado de fracasos cometidos en el manejo de Metrolínea en materia de infraestructura.

En 2018, cuando se puso en marcha la construcción del Portal Norte de Metrolínea, la empresa informó que la edificación se proyectó con capacidad para albergar dos buses articulados, 42 padrones y 24 alimentadores.

Cerca de $48.896 millones se invirtieron en dicha infraestructura, en la que actualmente solo se brinda el servicio de tres rutas. Su patio taller, en donde se supone se repararían y estacionarían alrededor de 68 vehículos del Sistema Integrado de Transporte Masivo, Sitm, se encuentra en desuso.

Inicialmente se informó, según las proyecciones, que diariamente podría movilizar más de 20.000 pasajeros. Pero en estos momentos solo tiene una de las dos plataformas habilitadas, hasta donde arriba dos rutas alimentadoras en los buses verdes y una ruta complementaria, mediante busetas del transporte colectivo convencional. Hasta la fecha no ingresa ni el primer padrón.

Esta es una de las estaciones de Metrolínea en donde el panorama es desolador. Además de esta edificación que opera ‘a medias’, una considerable parte de la infraestructura de Metrolínea se encuentra en abandono y en desuso, o son ‘elefantes blancos’.

La crisis que atraviesa Metrolínea también se refleja en el mal estado que Q’hubo logró evidenciar en múltiples estaciones del Sistema.

No llega ni el primer bus

En el Portal Norte, al menos, ya existe la oferta del servicio del Sitm, y Metrolínea anunció que se ampliará. Pero existe infraestructura en la que aún no ingresa ni el primer usuario o recorrido.

Tal y como ocurre con el polémico Portal ‘Papi Quiero Piña’, una obra inconclusa que se estancó cerca del 48% de su ejecución y en la cual se invirtieron más de $75.000 millones. Además, Metrolínea tiene una deuda que ronda los $150 mil millones debido a un fallo arbitral en su contra.

En este inmueble el panorama es aún más desolador. El hierro y el cemento de las enormes columnas que se alcanzaron a levantar se oxida y se deteriora desde hace cerca de 11 años. Las obras permanecen paralizadas desde 2012.

Otra de las estaciones calificadas como ‘elefante blanco’ por parte de usuarios y críticos es el Portal Girón, en el cual se invirtieron cerca de $24.781 millones. A pesar de que la culminación de su construcción se anunció a mediados de 2018, todavía está pendiente la ejecución de adecuaciones complementarias para mejorar el acceso peatonal y vehicular a la edificación.

Para poner en servicio esta estación, Metrolínea informó que “se requieren dos acciones: se avanza en un trabajo conjunto con el AMB para la estructuración de trazados (rutas) que permitan conectar a los usuarios del municipio de Girón con el Portal y desde allí hacia Bucaramanga u otros destinos del área metropolitana”.

El ente Gestor agregó que “la segunda: si bien ya se han hecho adecuaciones al Portal de Girón para su puesta en marcha, es necesario que Invías apruebe el estudio para su posterior ejecución, de un plan de señalización en los alrededores de la infraestructura, teniendo en cuenta que colinda con una vía nacional, para que tanto usuarios, vehículos y peatones transiten con tranquilidad y seguridad, y la operación propuesta se desarrolle sin dificultades”.

Deterioradas las mini estaciones

A lo largo de las carreras 33 y 27 se construyeron mini estaciones para la operación del Sitm en Bucaramanga. Paredes de metal y vidrio se instalaron sobre senderos peatonales, para servir de paraderos techados para el confort de los usuarios.

Además de que operaban con puertas automáticas, tenían sistemas de video vigilancia e información sobre el servicio de Metrolínea. De forma contigua, fueron instalados cubículos, que supuestamente funcionarían como puntos para la recarga de tarjetas.

Se invirtieron más de $1.343 millones en estas mini estaciones, que actualmente registran avanzado deterioro. En la mayoría no funcionan o no existen las puertas, tampoco los sistemas informáticos. Algunas son usadas para arrojar basura, y otras como baños por habitantes de calle.

“Se tiene proyectado un plan de recuperación de estos espacios, que será presentado a la entidad municipal respectiva para su aprobación y el posible desembolso de los recursos que nos permita atender esta necesidad”, informó Metrolínea.Las estaciones de transferencia Panamericano, Hormigueros y Molinos, en el costado occidental de la autopista Floridablanca – Bucaramanga, registran graves daños y averías, generadas en gran parte por actos de vandalismo.

En dicha infraestructura se requieren renovaciones en los sistemas informáticos, reparaciones en puertas automáticas, además de la reposición de vidrios y validadores, entre otros componentes.

El Ente Gestor indicó que cuenta con recursos “del convenio de cofinanciación con el Ministerio de Transporte, aportados por los municipios de Bucaramanga y Floridablanca, que se podrían utilizar para atender la recuperación de esta infraestructura.

La empresa precisó que “sin embargo, se requiere que el Ministerio, a través de la Unidad de Movilidad Urbana Sostenible (Umus), apruebe el uso de dichos recursos para este propósito”.

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