Durante el último quinquenio, Santander viene mostrando un descenso progresivo en el total de nacimientos. La reducción regional observada entre 2015 y 2020 es del -15,3%, siendo una de las más significativas del país después de Amazonas con -24,0%, Bogotá con -22,8% y Caldas con -18,4%.
El Informe de Estadísticas Vitales del Departamento Nacional de Estadísticas, Dane, permite concluir que, si bien, en 2015 se llegó a los 31.686 nacimientos, en 2016 y 2017 el registro se sostuvo sobre los 30.000 por año. Pero, desde 2018 el descenso fue más notorio porque no se alcanza a superar la barrera de los 28.000 nacimientos anuales.
Otro aspecto que llama la atención es que cada vez son más los bebés que nacen antes de tiempo. Para 2021, en Santander, la tasa de nacimientos pretérmino llegó a 123,2 por cada 1.000 nacidos vivos.
Lizeth Garzón Vargas, especialista en ginecología y obstetricia, dijo que son diversas razones las que podrían explicar el comportamiento del descenso en la tasa de natalidad. Por ejemplo, hay mayor utilización de métodos anticonceptivos o las mujeres están decidiendo no embarazarse, solo por nombrar algunos referentes.
En cuanto a los partos pretérmino, que son los que ocurren por debajo de la semana 37 de gestación, la especialista explicó que “generalmente son embarazos de alto riesgo y estos bebés prematuros tienen mayor riesgo de morbi-mortalidad, dependiendo de la semana en la que nazcan”.
Para las madres que tienen partos prematuros, “el riesgo depende de cada caso, pero en sí los riesgos son más para el recién nacido que todavía no ha culminado su etapa de desarrollo”, indicó Garzón Vargas.
Envejecimiento poblacional
Desde el punto de vista socio-económico, para Alejandro Barrera Escobar, economista y profesor de la Universidad de Manizales, las implicaciones de la caída de los nacimientos, de cara al futuro, están relacionadas con la tasa de crecimiento poblacional de las regiones, que para el caso de Santander va a ser mucho menor.
“Es decir, el volumen, el stock de población total del departamento va a creer a velocidades más lentas, casi que en los próximos 15 – 20 años va a entrar como en una fase de estabilización. En algún punto, donde ya esos nacimientos sean menores que las muertes, pues necesariamente la población va a tender a disminuir muy gradualmente”, precisó.
El profesor aclaró que la disminución del volumen de la población involucra el envejecimiento poblacional.
“Si como población no están ingresando en cantidad y en velocidad personas nuevas, significa que en la estructura de la población, los más jóvenes empiezan a reducirse proporcionalmente y empieza a darse una mayor participación de personas adultas y en edades avanzadas”, anotó.
Así las cosas, detrás de la caída de los nacimientos el fenómeno que enfrenta Santander y las demás regiones que están en esta línea es una nueva realidad demográfica, que se traduce más específicamente en envejecimiento de la población.
¿Qué implicaciones tiene?
Para el economista, el envejecimiento de la población implica retos y desafíos en lo que tiene que ver con los sistemas de educación, sistema pensional y mercados laborales.
Como territorio y ciudad, afirmó Barrera Escobar, “implica hasta pensar en infraestructura para unas personas que están creciendo en edad. Involucra repensar en todo lo que tiene que ver con la disponibilidad de bienes y de servicios públicos, así como una reconfiguración de la sociedad entorno a una población más envejecida”.
Para concluir, a juicio del experto, las cifras del Dane lo que revelan es una nueva realidad demográfica que no es solo de Santander y Colombia, sino de todo el mundo.
“Lo que pasa es que hay departamentos y regiones que están en ese tránsito o en esa fase de transición demográfica más acelerados que otros. Pero, realmente es un fenómeno de mucha actualidad que se está colocando en boca de analistas, de académicos, porque en este siglo XXI estamos viviendo un cambio en la estructura de la población de Colombia en lo que tiene que ver con grupos etarios”, dijo.