A lo largo de esta semana decenas de ciudadanos se han visto afectados por los trancones en la autopista que conduce a Bucaramanga y Piedecuesta. La congestión vehícular no cesa y cada vez interrumpe el día a día de la comunidad.
Natalia Pinzón es una bumanguesa que todos los días debe desplazarse a Piedecuesta por motivos laborales. Desde que empezaron las obras viales de reparcheo, esta mujer ha tenido varios inconvenientes entre ellos el manejo del tiempo, la puntualidad en su trabajo y el desespero de desperdiciar tiempo en la carretera.
“La congestión se presenta más en sentido Piedecuesta a Bucaramanga, por las obras habilitan un solo carril y los carros no vemos en la obligación de meternos al carril de metrolínea entonces se forma más trancón”, indicó Pinzón.
La congestión ha perdurado durante la semana, esta mantiene colapsados los carriles sur norte de la autopista, desde la Estación El Molino en Piedecuesta hasta el Puente de Provenza en Bucaramanga.
Otro caso es el de Diego Chaparro, un jóven estudiante que de lunes a viernes se desplaza desde Morrorico hasta la Universidad Pontificia Bolivariana, él expresa que las obras de reparcheo lo han afectado para llegar y salir de clases.
“Cuando voy a mis clases lo hago siempre con un tiempo estimado, el pasado martes muchos compañeros llegamos tarde a la clase de 6:00 a. m., el Metrolínea estaba colapsado”, añadió Chaparro.
Dentro del tráfico vehícular no solo se encuentran carros, en los carriles transitan motos, bicicletas, mulas, camiones de carga, buses de metrolínea y particulares, esto hace que el embotellamiento sea más pesado y tortuoso para los ciudadanos.
El pasado martes, el Alcalde de Piedecuesta Mario José Carval describió la situación como una ‘pesadilla para los piedecuestanos’, de igual forma indicó que ya se han establecidos diálogos con Invias, en los cuales los contratistas no han entendido que juegan con el tiempo de la gente.
Ciudadanos como Natalia y Diego esperan que las obras se realicen en horas de la noche, y así poder recuperar la normalidad de sus días.
“La congestión nos afecta, perdemos mucho tiempo y es estresante”, dijo Pinzón.
