Mientras Claudia Marín hacía su mercado ayer al mediodía en un supermercado de frutas y verduras, conocido como fruver, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), revelaba la inflación de enero de este año.
El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, precisó que Bucaramanga fue la sexta ciudad del país con la mayor variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide el incremento de precios de los productos y servicios de la canasta familiar.
La variación mensual de la capital santandereana fue de 1,96% y la anual fue de 8,47%. Estos dos porcentajes están por encima de los promedios nacionales que fueron 1,67% y 6,94%, respectivamente”.
“Estoy asombrada con el incremento del mercado, no alcanza ni rinde el dinero como antes. Es impresionante el aumento de precios. Si antes gastaba $200 mil para mercar, ahora debo invertir $400 mil”, comentó doña Claudia, mientras empacaba unas naranjas.
Corrientazo
Este aumento en frutas y verduras se vio reflejado en las comidas por fuera del hogar. Según el Dane, el comportamiento mensual del IPC en enero se explicó por la variación de alimentos y bebidas no alcohólicas y transporte.
En el caso de Bucaramanga, afirmó el director del Dane, las comidas por fuera del hogar, específicamente el ‘corrientazo’, fueron los que más aportaron al incremento de vida.
“El ‘corrientazo’ aportó 21 puntos básicos, luego la papa con 14 pp y los productos de limpieza y mantenimiento, como detergente en polvo y jabón para ropa”.
Análisis
El economista Germán Machado afirmó que la cifra de inflación, prácticamente en el 7%, es una sorpresa negativa. El consenso del mercado era inferior y, aunque se contaba con llegar al 7%, se esperaba para dentro de un par de meses.
“Esta mala noticia significa una pérdida de poder adquisitivo y menos dinero en el bolsillo. Además, golpea con más fuerza a los hogares pobres y vulnerables, porque, nuevamente, la inflación está muy jalonada por los alimentos y los artículos del hogar. Por eso, en esos grupos de ingreso, la inflación está incluso por arriba del 8%”.
El docente de Economía indicó que esta cifra revelada por el Dane impulsa hacia arriba las nuevas expectativas de inflación, con múltiples efectos. Por ejemplo, el Plan Financiero del Gobierno nacional presentado el viernes pasado, ya acaba de quedar desactualizado y deberán ajustarse nuevamente los supuestos macroeconómicos.
“Por otro lado, para anclar nuevamente las expectativas, la Junta Directiva del Banco de la República tendrá que acelerar el apretón monetario y elevar con fuerza las tasas de interés en este mismo semestre. Actualmente la tasa de interés real es negativa, lo que significa que la política monetaria sigue ayudando a la dinámica de la economía y permitiendo el alza de la inflación”
Machado consideró que esto cambiará muy rápidamente en la segunda mitad del año, así que desafortunadamente, eso significará que desde el segundo semestre de este año el crédito será más costoso y que el consumo y la recuperación del empleo -que aún sigue mostrando malos resultados- tendrán una dinámica más lenta.
“La sorpresa negativa en la cifra de inflación tendrá implicaciones directas sobre el día a día de todos y hará que el inicio del próximo gobierno tenga un desafío adicional”.
Golpe al bolsillo
El analista económico Mateo Rivera aseguró que la inflación es la gran amenaza que se cierne sobre la economía, para el caso de concreto de Colombia “estamos hablando que solo en enero el IPC ya registró un crecimiento del 1,67%, estos resultados se deben en gran medida a los componentes de alimentos y prendas de vestir, desafortunadamente se han visto afectados negativamente por la devaluación del peso”.
Agregó que el comportamiento reciente del IPC refleja un choque por el lado de la demanda, en gran medida se debe a las dificultades en las cadenas de suministro.
“Finalmente este comportamiento en los precios tiene serias implicaciones en algunos aspectos como en la capacidad de compra de los hogares y por consiguiente puede generar incrementos en la pobreza”.
Apretón económico
El analista financiero Diego Palencia consideró que la velocidad y crecimiento de la inflación de enero de 2022, que llega en los últimos doce meses al 6,94%, es una voz de alerta de la necesidad de ajustar parámetros en la mayoría de presupuestos y modelos financieros para 2022 que permitan equilibrar la fuerzas entre control del flujo de caja y crecimiento económico.
“Una inflación alta es una enfermedad silenciosa que socava la rentabilidad y reduce el flujo de caja de las compañías. Es necesario seguir aumentando tasas de referencias desde la política monetaria, pero también se deben incentivar mayores ajustes en el orden de salvaguardar el crecimiento económico”.
Añadió que es una labor titánica la que se tendrá que abordar paralelamente a mayores desequilibrios inflacionarios en todo el mundo, que generarán presiones adicionales en la tasa de cambio.
“Este aumento de la inflación tendrá efectos adicionales de incremento, cuando el precio de gasolina se ajuste a los reales precios de mercado. Por tanto, desde ya, el techo de 7% de inflación debe ser nuevamente reevaluado y recalculado con la nueva evidencia”.