Cuatro buses llenos de migrantes venezolanos, fueron detenidos la mañana de este lunes a la entrada de Bucaramanga, por la carretera que comunica con Pamplona.
Según versiones iniciales, hacia las 6:00 de la mañana los buses se dirigían a Ipiales, Nariño, sin embargo, debido a la ilegalidad, entre 300 y 400 personas que se desplazaban en estos vehículos fueron llevadas hasta el sector del búnker de la Fiscalía.
Quizá sin dinero ni cómo seguir con su destino hacia el sur del país, estas personas se fueron dispersando y en la tarde se les ha visto en esquinas del centro de la ciudad.
Según pudo conocer esta redacción, “el ingreso al país es controlado y coordinado por Migración, para el movimiento de personas las empresas de transporte no pueden hacerlo por ningún motivo, ni siquiera por contrato a menos esté autorizado por Migración”.
Los conductores de los buses que movilicen personal migrante, sin autorización, serán judicializados al igual que los representantes legales de las empresas, de igual manera se inmovilizan los vehículos.
En el caso de los migrantes, “no se les puede impedir el tránsito por ningún motivo, por cuestiones de Derechos Humanos, el principio de no devolución al estar ya en el país. Lo que sí sucede es que estas personas que quizá ya habían pagado su pasaje hasta Ipiales, ahora se quedan sin dinero para continuar su viaje” y por tal motivo deberá hacer estancia por un tiempo en Bucaramanga.
Según las autoridades la cifra sería de unas 100 personas que fueron llevadas hasta la Fiscalía porque necesitaban la declaración de ellos por la situación de los conductores. “Ya estas personas, con apoyo de Migración fueron retiradas de la Fiscalía”.