Encontrarse con un grupo de motociclistas en medio de una caminata natural no es la mejor experiencia. “Siente uno miedo porque aparecen de la nada y son muy ruidosos”, contó una caminante sangileña.
Con San Gil como punto de encuentro, los amantes de la adrenalina han llegado hasta Cabrera, por ejemplo, en donde ya les han dicho que esa actividad no la pueden hacer, por lo menos no atravesando los caminos ancestrales, reales y de Lengerke existentes y que están protegidos por la ley.
Celmira Pereira, miembro del consejo consultivo de cultura de este municipio, indicó que esta actividad atenta contra el propósito de transformar el municipio en un destino de caminatas ecológicas, actividad que se promueve gracias a la existencia justamente de dichos caminos llenos de historia y en donde una de las principales atracciones es el contacto con la naturaleza y la tranquilidad.
“Que lo hagan sí, pero no por esos recorridos”, explicó Pereira, refiriéndose especialmente a los caminos en piedra que son los que más sufren por esta actividad.
El arquitecto Gilberto Camargo, coordinador del Comité Colombiano de Caminantes, advirtió que estos caminos, por sus especificaciones técnicas, no están hechos para el tránsito de motos, sino de caminantes y caballos.
Camargo lamentó que los caminos se pongan en riesgo de tal manera, luego de todo el esfuerzo que se ha requerido para preservar estas vías que tienen valor para la memoria histórica del departamento.
“Estos señores creen que los caminos son para expulsar adrenalina y se olvidan que estos senderos son para andar a pie. Así como en las ciudades hay andenes, en el ámbito rural están estos caminos para los peatones, pues están diseñados para la movilidad pasiva. A medida en que se avanza se observa la profundidad de los paisajes, atardeceres y amaneceres…”, agregó.
Ante esta situación, miembros de la sociedad civil y caminantes como Camargo, piden a las autoridades municipales hacer cumplir la ordenanza departamental y a la Policía Nacional sancionar con el código de policía a quienes lo incumplan.