Enfrentarse sola al mundo, le ha costado a Jenny Rocío Remolina, dolor, angustia y además, enfermedades.
Desde los 17 años, esta habitante de calle en Piedecuesta, tuvo que rebuscarse la vida después del abandono de sus familiares y no le ha salido muy bien.
Actualmente, no tiene donde dormir, así que pide limosna en los alrededores del parque principal La Libertad, consigue algo para “medio comer” y continuar el día hasta que llega la hora de dormir en alguna silla del lugar.
“Mi familia me abandonó desde los 17 años, no tengo apoyo de nadie y vivo en las calles.
“Ya tengo 34 años y he estado muy enferma, no tengo a donde ir, hace unos días estuve en la Clínica Piedecuesta por una diarrea crónica, estuve 15 días, me dieron salida de allá… Me trajeron al parque y aquí me dejaron tirada”, contó.
Lo único que ella pide, es un lugar donde vivir, pero ella no es la única. Así también se encuentran los demás habitantes que rondan las calles del ‘Municipio Garrotero’, sin tener el espacio que les han prometido un sinnúmero de veces.
Para el veedor de esta población vulnerable, Pablo Vargas, personas como Jenny no sólo necesitan un hogar, sino además, atención médica digna y de calidad.
“Ella además tiene una muleta porque no se puede movilizar bien, la situación es crítica para los habitantes de calle.
“En el Plan de Desarrollo se creó un presupuesto para ellos, pero lo que ha pasado es que eso no se ha ejecutado o no se sabe qué ha pasado, eso es una problemática que se presenta hace años y yo como veedor de ellos, lo que pido primero, es un hogar de paso”, manifestó Vargas.
Asimismo, destacó que hace un mes envió un derecho de petición exigiendo esos dineros para los habitantes de calle, pero no le han respondido.
“Invito a las autoridades competentes, Personería, Administración Municipal y entes de control, a que pongan los ojos en ellos, ellos son seres humanos que sienten, ven, todo, pero además, que la comunidad tampoco los discrimine, porque hay muchísima discriminación”, puntualizó.
Esta redacción intentó comunicarse con el secretario del Interior, Jairo Correa, para hablar sobre el tema, pero no recibió las llamadas.
