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Desfile de flores en Vélez: tradición que perdura en las familias de Santander

Una vez al año, las tradiciones cobran vida en un colorido Desfile de Flores que desde hace 61 años une a generaciones. Con este escenario el Festival Nacional de la Guabina y el Tiple finaliza los tradicionales eventos que buscan mantener vivas las costumbres entre los veleños.

Cada agosto, Vélez se viste con un atuendo especial, ese mismo que inspiró a Disney para darle vida a la protagonista de la exitosa película Encanto

La magia de vivir la fiesta folclórica más importante de los veleños, no se queda solo en sus trajes, el Festival Nacional de la Guabina y el Tiple, que cumple 63 años y celebra las tradiciones culturales más representativas del pueblo, finaliza con un Desfile de Flores que por allá un 7 de agosto de 1963, propuso Lola Olarte de Fajardo, una matrona que hoy Vélez recuerda con gratitud.

Después de un viaje a España, Lola quedó fascinada con los desfiles de arreglos florales que presenció fuera del país, una experiencia que la inspiró a traer la idea a su querido pueblo veleño durante las antiguas ‘Fiestas Reales’.

A su regreso, decidió que los jardines de Vélez no debían quedarse ocultos tras los muros de las casas, sino que las flores debían salir a las calles en un desfile. Sin imaginarlo, este gesto se convertiría en un legado que, 61 años después, sigue floreciendo en la tradición del pueblo.

Un legado floral que perdura en Vélez

Hoy en día, en un esfuerzo por honrar el legado campesino y preservar las tradiciones, familias, instituciones y empresas se unen en un evento que reúne a cerca de ocho mil participantes. Mediante carrozas, grupos familiares o de instituciones, plasman temas de actualidad, situaciones políticas, logros y homenajes, todo ello, adornado con flores.

Para la celebración del domingo, la preparación comienza con una o dos semanas de anticipación. Alejandra Santamaría Quiroga, encargada de la organización del desfile en su casa, se ocupa de todos los detalles: revisa el diseño de los catabres, esos canastos artesanales hechos de caña brava y se asegura de encargarlos con suficiente anticipación a un artesano veleño.

Esta tradición de más de tres décadas en su familia, la aprendió desde niña y es ella hoy la responsable de que todo marche bien en la organización previa. Por eso recoge las flores unos cinco días antes; se dirige a la calle de Chipatá, en la carrera tercera de Vélez las encuentra.

“Las llevo a la casa y las dejo en un balde para que se abran, porque ellas llegan cerraditas”, así asegura que todo esté listo.Desfile de las Flores.//Suministradas.Desfile de las Flores.//Suministradas.

Cuidadosamente, organiza los gladiolos y los claveles dentro de los catabres atendiendo cada detalle; “desde el sábado me dedico a organizarlos, pues por más pequeños que sean, se toman su tiempo”.

Cuando ya las flores están organizadas dentro del canasto, dos fibras de fique sobresalen para que los arreglos sean colgados a la espalda de sus padres, hermanas y los integrantes de la familia, que decidan participar.

“Alcanzan a ser un poquito pesados”, advierte, pero sostiene que no es un problema, pues salen por gusto, aman el desfile y lo que este significa para los veleños.

A la familia Santamaría Quiroga se le unen los Olave, que sin duda han sido un pilar en el desfile desde 1980. Su participación se ha convertido en una tradición arraigada, y cada año el público aguarda con expectativa lo que esta familia presentará durante el esperado domingo.

Desde que tiene memoria, Karol Vera, de 29 años, ha participado año tras año en el desfile, siendo parte de la tercera generación de la llamada ‘Dinastía Olave’, el nombre que los identifica en esta celebración. Karol recuerda cómo su madre, Nellyda Olave, vestía tanto a ella como a su hermano con el traje típico desde que eran niños, inculcándoles respeto y amor por las tradiciones.

Cada año, la familia se reúne para planificar: “Con la tía Elsa, Amanda, Edith, Wilson y yo”, comentó la madre de Karol, refiriéndose a sus hermanos, definen qué motivo los representa cada año, decidiéndose en esta versión, por una alpargata.Desfile de las Flores.//Suministradas.Desfile de las Flores.//Suministradas.

La alpargata es el calzado artesanal, elaborado en fique, que debe usarse con el traje típico de los veleños.

15 días antes nos reunimos todas las tardes para armar las estructuras

Nellyda Olave, participante del Desfile de las Flores

Así las cosas, la familia decidió que no fuera icopor, entonces la estructura se hizo en varilla, malla, costal de fique y cabuya; “15 días antes nos reunimos todas las tardes para armar las estructuras”, confirmó Nellyda, mientras buscaban la manera de que quedara cómoda, no muy pesada. “Le pusimos claveles fucsia para que le diera vida y nos la colgamos en la espalda”.

Desfile de las Flores.//Suministradas.Desfile de las Flores.//Suministradas.

“Siempre llevamos músicos”, sostuvo Tatiana, quien con orgullo contó que los artistas son de la misma familia; desde Bucaramanga, Bogotá y Armenia viajan algunas personas, pero por años, amigos cercanos se han unido al grupo familiar.

“Todos nos unimos para ayudar a las tías; es una expresión del amor que sentimos por las tradiciones veleñas, que valoramos profundamente gracias a las enseñanzas de nuestros abuelos”, resaltó Karol, destacando que en esta ocasión el trabajo fue 100 % artesanal, realizado por toda su familia.

“Esta tradición es lo que nos mantiene unidos como familia”, dijo Amanda Olave, recordando el valioso legado de sus padres. “Resaltamos lo más importante de nuestra cultura, guiados por valores como la solidaridad y el respeto.”

Eddy Olave también hizo hincapié en la importancia de su participación en el desfile. “Hemos estado involucrados desde los primeros años. Nuestros padres, Vicente Olave y Mercedes Suárez, nos dejaron este legado familiar.” Según Eddy, este año dedicaron aproximadamente dos meses de trabajo para cumplir con el compromiso anual.Desfile de las Flores.//Suministradas.Desfile de las Flores.//Suministradas.

Elsa Olave, una de las tías mayores, habló con firmeza sobre la responsabilidad que la familia lleva consigo. “Por tradición y vena artística, nos reunimos cada año para proponer, mejorar y perfeccionar cada detalle.”

Una vez todo estuvo preparado, 32 alpargatas fueron meticulosamente colocadas a la espalda de los participantes.

Con esmero, organizaron dos filas perfectamente alineadas, mientras un letrero de flores, que representaba el nombre de la familia, aparecía como símbolo central. La coreografía cuidadosamente ensayada permitía a los espectadores disfrutar cada detalle de los arreglos florales, sin perderse nada desde cualquier ángulo.

Una propuesta de matrimonio

Este año, el desfile tuvo un significado aún más especial. Mientras avanzaban por la carrera sexta, Karol fue sorprendida con una propuesta de matrimonio. Con la voz emocionada, relató cómo su novio eligió ese instante, en medio de las tradiciones que tanto aprecia, para crear un recuerdo imborrable. ‘Este desfile ha marcado mi vida desde niña,’ compartió Karol, ‘y ahora llevará una huella de amor que nunca olvidaré.Desfile de las Flores.//Suministradas.Desfile de las Flores.//Suministradas.

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