La comunidad se ve afectada por robos de celulares y bolsos, tanto en modalidad de raponazo como a mano armada. La frecuencia de estos incidentes se ha vuelto prácticamente diaria, generando una creciente inquietud entre los residentes.
La ausencia de un servicio específico de seguridad ha dejado a los residentes inquietos y desprotegidos ante potenciales amenazas. La carencia de este servicio ha generado un llamado urgente de la comunidad para contar con medidas de resguardo adecuadas. A la par, después de la canalización de la quebrada Suratoque, nace la necesidad de abordar la escasa iluminación en las orillas. En la zona intervenida, la falta de alumbrado plantea un riesgo palpable para la seguridad de los habitantes.
La presidenta de la Junta de Acción Comunal de Villas de Navarra, Martha Ardila comenta que “estas últimas semanas es casi nulo el paso de los cuadrantes de La Policía Nacional y ya he radicado en varias ocasiones peticiones para tener presencia en esta zona que en la noche es muy oscura”.
Uno de los principales desafíos para controlar la crisis de seguridad en la zona es la estrechez del pasillo, que limita la movilidad de las motocicletas de la policía.
El secretario de seguridad de Piedecuesta, Fernando García, después del primer comité de seguridad afirmó que “en los próximos días el control de estas zonas será mayor y situaciones de drogadicción e inseguridad como estas ya no serán comunes en el municipio”.