En un espacio acondicionado como su hábitat, lejos de la presencia humana y del ruido de la ciudad, un cachorro de tigrillo lanudo (Leopardus tigrinus), también llamado oncilla, iniciará entrenamiento para motivar y despertar su instinto de caza, y así logre conseguir su alimento cuando sea liberado en su entorno natural.
La tarea está a cargo del personal especializado del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB), después de su rescate, por parte de la Policía Ambiental, en la zona norte de la capital santandereana.
El ejemplar estaba en delicado estado de salud por desnutrición y por su condición de melanismo, que es una degeneración genética que provoca un exceso de pigmentación y hace que el color de su pelaje se torne negruzco y no presente las manchas que identifican a esta especie.
En franca recuperación
“El animal llegó al CAV como neonato o con pocos días de nacido, por eso se adoptó la figura de ‘mamá canguro’, labor que realizó el personal del CAV de la CDMB junto con el equipo de la Universidad Cooperativa de Colombia – UCC para recuperar la salud del felino. Ahora ya se alimenta por sí solo, tiene buen estado de nutrición, buenas condiciones físicas, no ha tenido síntomas de estrés y está próximo a ingresar al programa de rehabilitación para ser devuelto a su hábitat”, explicó Juan Sebastián Mejía Gómez, coordinador del CAV.
El funcionario agregó que, “el tigrillo tiene una edad estimada de cinco meses y todavía requiere de ciertos cuidados, pero ya es un animal que tiene algunas condiciones de independencia”.
Además del estado de melanismo, el equipo médico multidisciplinario, integrado por un cardiólogo, un anestesiólogo-veterinario y profesionales de la CDMB y de la UCC, al hacer la revisión y valoración del tigrillo cuando ingresó al Centro de Rescate, encontró que padecía una cardiopatía dilatada, por lo que fue sometido al tratamiento indicado por el cardiólogo para solucionar su inconveniente y lograr que cumpla su ciclo de vida normal.
El tigrillo es una especie en riesgo de extinción que hace parte del ecosistema ambiental de Santander, cumple la función biológica de control de plagas y de ciertas poblaciones en su hábitat natural, y ayuda al equilibrio natural del medio ambiente.
Entrenando para cazar
Juan Sebastián Mejía Gómez expresó que el proceso de rehabilitación de este ejemplar incluye un alojamiento retirado de la gente y se le ofrece como alimento presas vivas, lo más parecido a lo que esta especie puede conseguir en su hábitat, con el fin de incentivarlo a que despierte y entrene su instinto de caza, y consiga su alimento cuando sea liberado.
El director general de la CDMB, Juan Carlos Reyes Nova, hizo un llamado a la comunidad a que tome conciencia de que las especies de fauna silvestre no son mascotas, no son animales para tener en casas y deben estar siempre en su hábitat natural. Además, recordó que tener estos animales en casa es una ilegalidad, un delito que genera sanciones económicas y penales.
También convocó a la ciudadanía a denunciar todos los casos de tráfico de fauna silvestre, para lo cual recomiendan llamar a la CDMB, la Policía Ambiental, Bomberos y demás instituciones, para mejor control y así lograr que estos animales estén siempre en su hábitat natural, y luego puedan cumplir con su ciclo biológico en cada uno de los variados ecosistemas que tenemos en nuestra jurisdicción.