Henry Herrera Rodríguez es un bumangués de 56 años que divide su tiempo entre la producción musical, una emisora virtual, la composición de canciones, la trova, la imitación y el liderazgo de la Fundación Músicos Ciegos de Colombia, Mucicol, una entidad sin ánimo de lucro en la que se fomenta y se refuerza el potencial artístico de personas con discapacidad desde 2003. “No contratan al cieguito por cieguito, contratan al artista por artista. Por lo que sea capaz de hacer”, dice Henry cuando habla de un grupo de siete compañeros con discapacidad visual que participan en diferentes agrupaciones musicales como Los bastones del ritmo, Henry Herrera y los Invisibles y Noticas Navideñas.
La música en la vida de Henry es una pasión que lo acompaña desde que inició cantando villancicos a los siete años y que se fortaleció con cada grupo musical en el que participó. Los deseos de aprender y superarse cada día son tan grandes, que tuvo la disciplina de formarse con el SENA en múltiples habilidades para hoy ejercer con el conocimiento y asesorar a los artistas musicales en sus procesos de grabación, edición, mezcla y masterización de sonido.
El maestro Henry, conocido así por sus colegas, cuenta con la ayuda del programa Jaws, un software pago por el Gobierno Nacional en todo el país que se encarga de convertir a voz toda la información del computador para que las personas ciegas puedan usarlo con autonomía. De esta manera, sus producciones musicales tienen un sello único que lo enorgullece. “Cuando termino el producto, no me la creo. Lo escucho y digo: caramba, ¿eso se puede hacer? Qué maravilla”, dice Henry con una sonrisa dibujada en el rostro.
Lo aprecian mucho
Milton Esparza es un campesino de la vereda San Ignacio, ubicada en Floridablanca, quien con la ayuda de la producción musical del maestro Henry cumplió el sueño de grabar las canciones que él mismo escribió y sacar seis composiciones de carranga en su álbum ‘Territorio Guaska’. “Sin palabras, es un hombre excepcional. Uno se sorprende de ver una persona que tiene una discapacidad, pero que eso no lo limita absolutamente a nada, por el contrario, tiene la capacidad de hacer tantas cosas, es polifacético”, dice Milton con gratitud, quien lo describe como un hombre sencillo, humilde, inteligente, sensato y con un gran espíritu de servicio.
La radiodifusión es otra de las facetas en las que este maestro se desenvuelve desde hace décadas. “Soy un híbrido entre prensa y música. La música es mi pasión y la parte periodística es mi profesión”, dice Henry al recordar su paso por varias emisoras y programas radiales como El Churrinche, Radio Melodía y El Club de los Noctámbulos, un espacio de 10:00 de la noche a las 5:00 de la mañana que acompañó a los vendedores de plaza de mercado mientras surtían sus productos en Centroabastos, los vigilantes y las personas que trabajaban en gasolineras. “Hicimos una cantidad de amigos que hoy en día todavía me contacto con muchos de ellos”, agrega el maestro, quien también se capacitó para ejercer el oficio de radioaficionado de manera profesional con una licencia oncemetrista, que le permite trabajar con banda ciudadana.
Además de estos logros obtenidos con esfuerzo y dedicación, Henry también es un apasionado por la trova y la imitación de artistas de los años 60 como Sandro, Piero y Leonardo Favio.
La discapacidad visual nunca fue un impedimento para hacer realidad los sueños musicales y periodísticos que Henry tenía en su niñez. El propósito de crear la Fundación Músicos Ciegos de Colombia le permitió acercarse e integrar mucho más a personas llenas de talento que, como él, tienen mucho para aportar a la región desde un ámbito artístico.
“Para mí, la discapacidad no es incapacidad. La discapacidad yo la transformé en oportunidad y eso es lo que busco. La incapacidad es mental”, agrega el maestro.