Las torrenciales lluvias que ocurrieron el sábado pasado en el departamento, todavía tienen en ‘vilo’ a los habitantes de al menos 30 veredas de Piedecuesta, que sufrieron desde pérdidas en materia de infraestructura hasta el producido de su cultivo.
Aunque ya existe un despliegue de maquinaria amarilla, con al menos 10 frentes, lo cierto es que veredas como El Canelo, siguen incomunicadas, a la espera del turno que despeje las vías.
Mary Villamizar, una de las habitantes de este sector, señaló que su padre perdió gran parte de los cultivos de mora, aguacate y frijol, que hacen parte de su sustento diario.
“Se deslizó bastante terreno de la finca en el que él tenía sembrado y todo eso se perdió”, agregó la mujer.
Lo mismo le sucedió a la familia de Adriana Rico, otra habitante de la vereda El Canelo, la más afectada por los derrumbes.
Sus hermanos perdieron los techos de un invernadero en el que cultivaban tomate y pimentón, por ende, también sus productos que quedaron cubiertos por el lodo.
Ante esta situación, ambas mujeres solicitan a la Alcaldía de Piedecuesta que envíe funcionarios para que se den cuenta de la magnitud de los hechos.
“Queremos que ellos vengan y puedan ver, de primera mano, lo que estamos viviendo los campesinos de esta vereda”, afirmó Villamizar.
Al respecto, Cristian Quintero, el responsable de la maquinaria amarilla en el municipio, señaló que ya se ha llegado a 16 veredas afectadas, en las que aún continúan los trabajos.
“Estamos trabajando con maquinaria del Ejército, y también alquilada, por lo que hemos acelerado la atención de los derrumbes, que siguen ocurriendo cada vez que llueve”, contó.
De acuerdo con el funcionario, fueron más de 300 remociones en masa.