Sintetizadores, batería, guitarra y bajo son algunos de los instrumentos con los que Germain Coronado, conocido en el mundo artístico como Llanero Eléctrico, marca la diferencia en el joropo llanero y central, mezclándolo con ritmos como el rock, funk, pop, jazz y electrónica desde que llegó a Bucaramanga desde su natal Venezuela.
El día a día de Germain consiste en salir a la calle y presentarse en restaurantes de la ciudad, fiestas privadas, apartamentos y fincas. A veces lo hace con su conjunto llanero.
Desde diciembre de 2016, este músico proveniente de Barbacoas, la capital del estado de Aragua, en Venezuela, llegó a Bucaramanga con su pareja y pequeña hija (quien en ese entonces tenía dos años) para buscar un nuevo horizonte llanero.
“Me dedico a la música desde que tengo uso de razón. Desde los cuatro años fui maraquero de música llanera”, cuenta Germain cuando recuerda a su abuelo, quien lo introdujo al mundo de la música desde muy pequeño.
En su adolescencia se acercó a la Iglesia Católica para cantar en eucaristías y también formó su primera banda cuando era un joven de 19 años.
Tiempo después, este llanero de Barbacoas viajó a Caracas para seguir formándose como artista. Durante 15 años, Germain perteneció a una agrupación que llevaba el nombre de ‘Toberías’, en la que lograron acercar el joropo llanero y central a públicos más jóvenes.
Luego, cuando este músico entró a la universidad para estudiar Educación Musical, sus compañeros de clase lo apodaron ‘Llanero Eléctrico’ por hacer adaptaciones de los clásicos del rock con el cuatro, un instrumento tradicional venezolano.
Los desafíos en la música para el Llanero Eléctrico
La crisis económica y social por la que atraviesa Venezuela fue el escenario bajo el cual Germain Coronado, este músico llanero de Barbacoas, tuvo que buscar un nuevo horizonte al nororiente de Colombia. Empezó de cero en el país vecino, luego de presentarse en uno de los teatros más importantes de Venezuela. Fue así como llegó a Bucaramanga en 2016 y desde allí, los retos como artista independiente no han dejado de surgir. Germain llegó a Cúcuta y estuvo tres semanas tocando en el transporte público y burdeles de esta ciudad frontera. “Llegar a Bucaramanga fue como un paraíso”, dice Germain, quien asegura que esta lucha enaltece su proyecto artístico pero también le pasó factura a nivel emocional y físico.
Un productor musical
Además de interpretar el joropo de una forma única, el Llanero Eléctrico hace acompañamiento musical y de contenidos a los artistas emergentes de la ciudad. “Ese es mi trabajo, mi vocación y mi estilo de vida”, dice este llanero.
Una carrera de contrastes
“Yo venía de presentarme en el teatro más importante de mi país, que es el Teatro Teresa Carreño y en un par de festivales muy importantes en el centro del país”, recuerda Germain cuando habla del contraste que ha atravesado su carrera artística y vida personal luego de cambiar de país, empezar de cero y cautivar a un nuevo público, en este caso, el santandereano.
Agradecido con ‘La Bonita’
“Yo amo realmente a Bucaramanga por ese calor humano. No me he sentido nunca fuera de mi país”, sostiene Germain, quien se siente agradecido y apoyado con esta ciudad llena de “dadores alegres”, quienes le abrieron la puerta para posicionarse como un artista que ya se ha presentado en eventos de Bucaramanga y su área metropolitana como el Festival de La Tigra en Piedecuesta, Mercadillo Bohemios, Suena Chicamocha en el Teatro Santander y la rueda de negocios del Mercoart.
“Sigo pensando que estoy donde debo estar. Me considero bumangués. Me siento bien como persona y artista acá. Mi forma de agradecer es hacer a través del arte el mejor aporte que pueda como ciudadano, artista y persona”, dice Germain Coronado, el Llanero Eléctrico.
