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Q’hubo llegó hasta ‘Alto Viento’, un vecindario entre flores

La comunidad ha embellecido sus hogares, con diferentes especies de flores. Lo que convierte a este vecindario en un amplio jardín.

Con cuatro calles, ‘Alto Viento’ conserva la historia de más de 46 años de fundación. Este barrio de casas, no superiores a tres pisos, de callejones y jardines, se erige sobre un terreno de altura que exige al caminante buen estado físico si quiere llegar a este vecindario a pie.

Aunque esta vecindad tiene identidad propia, llegar a ‘Alto Viento’ es todo un desafío. La línea divisoria entre él y el Caldas, confunde a los transeúntes y hasta a los taxistas que acuden a preguntarle al ciudadano a pie, cómo llegar al barrio.

Lo cierto es que el aspecto de sus casas, calles y lugares comunes marcan la diferencia con cualquier vecindario aledaño. De modo que el visitante percibe que ha cambiado de sitio, al divisar la organización del barrio.

Su principal entrada es una intercesión, o más conocida como la ‘Y’. En la mitad de ambas calles está erigida una casa amarilla, que conserva la infraestructura de las primeras viviendas del sector.

De acuerdo con su habitantes, el vecindario fue auspiciado por el Banco Central Hipotecario que lanzó un proyecto de Vivienda de Interés Social. “Nos entregaron unas casitas humildes, en obra negra. Mi papá después fue poniendo las baldosas y haciendo ‘arreglitos’ en la casa”, contó Elsa Ortiz, una de las primeras habitantes de este sector.

A esta versión se suma la de ‘Don Mateo’, uno de los primeros habitantes de ‘Alto Viento’. “Este terreno era una finca, que después cedió cierta parte del terreno para la construcción de esta urbanización”, contó.

Lo cierto es que dicha finca aún se conserva, distinguiéndose del barrio a través de un gran muro que marcan los límites.

¿Por qué se llama así?

Al preguntar a los habitantes todos coinciden en nombrar la brisa del sitio, como una característica esencial. “Un viento que golpeaba las ventanas”, mencionaron.

Por otro lado, otros habitantes aseguraron que se trata ba de una alusión a la altura del sitio en que fue construida la urbanización. “Desde una casa de al menos dos pisos, uno puede divisar gran parte del municipio”, contó Leidy Aya, una de las líderes del barrio.

Si bien la brisa ha disminuido su intensidad por la ampliación de la urbanización en la segunda fase de Alto Viento, lo cierto es que aquí se respira paz.

Las calles siguen siendo sitios propicios para la conversación, no es raro ver reunidas a las personas charlando sobre cualquier tema.

En este vecindario se conservan, al menos, cuatro familias que han vivido allí desde su fundación.

El cruce generacional no ha sido un impedimento para seguir construyendo ‘comunidad’, por lo que se reúnen los sábados para mejorar la visibilidad de sus parques, reciclar y también aprender a hacer compostaje, una práctica que ha complacido a todo aquel que se acerca. Sus jardines coloridos le dan un aspecto de un buen vividero.

El ‘Leal’ emprendimiento de pasear caninos

Uno de los emprendimientos más impresionantes de este sector es ‘Mi Leal Mascota’, una empresa de cuidado y servicio canino. Este ‘negocito’ es la unión de esfuerzos de una pareja: Leidy Aya y Yesid Vanegas, quienes a partir de una clase de gestión empresarial en la UIS pudieron materializar sus más sinceros deseos. Ellos, de por sí, son amantes de los animales, los rescatan, realizan jornadas de esterilización y también cuidan de ellos. Su actividad comercial cumple cuatro años y ya rinde sus frutos.

Un ‘combo’ que aprende a reciclar

La comunidad se ha unido en torno a mejorar la disposición de los residuos, por lo que han compartido saberes para reutilizar materiales como el plástico y los CDS. De este propósito han construido macetas totalmente reciclables, que además de ayudar al planeta, también agradan a la vista. Así las cosas, quienes han querido aprender se han acercado al Parque Principal, los sábados, durante toda la tarde. Gracias a este ‘combo’ ambiental, los recursos sólidos han disminuido en zonas comunes.

Un vecindario con jardines hermosos

Las tradicionales casas de Alto Viento se destacan por tener un espacio propio para una huerta o un jardín. Por lo que la comunidad ha embellecido sus hogares, con diferentes especies de flores. Lo que convierte a este vecindario en un amplio jardín. Incluso algunos habitantes han instalado fuentes en sus casas, además de otros recursos como las hélices coloridas. Por lo que la estética de este barrio de callejones es muy pintoresca. Con duendes y demás figuras de jardín.

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