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Tras una semana de agonía por un accidente, murió a un día de su cumpleaños, en Girón

Jhon Eduard Reatiga Herrera llegó al mundo un 25 de agosto y en esa misma fecha, ayer, sus seres queridos tuvieron que reclamar su cuerpo en Medicina Legal.

Jhon Eduard Reatiga Herrera llegó al mundo un 25 de agosto y en esa misma fecha, ayer, sus seres queridos tuvieron que reclamar su cuerpo en Medicina Legal de Bucaramanga, en medio de la nostalgia y el dolor.


En este día especial hubo luto en vez de celebración a causa de un insólito accidente registrado sobre la vía que conecta a la capital santandereana con el municipio de Girón.


Jhon Eduard dio su último aliento el pasado miércoles en manos de los galenos de la Clínica Bucaramanga; pero fue casi cinco días antes que comenzó su lento ‘adiós’, al tomar un bus urbano hacia la ‘Villa de los Caballeros’.


Una hipótesis indica que Jhon Eduard iba a bordo de un vehículo de TransGirón el pasado 19 de agosto hacia las 6:30 p. m., pero cuando pasaba por el sector de Envía se salió de forma abrupta, por razones que aún se indagan.


El impulso que llevaba su cuerpo hizo que cayera de golpe hacia la orilla de la calzada, justo por el canal de aguas lluvias, donde su cabeza llevó las mayores consecuencias.

Creyeron que era un peatón.


Al parecer en ese momento un grupo de transeúntes, principalmente motorizados, se habrían juntado alrededor del automotor de servicio público para reclamarle al conductor por lo ocurrido, creyendo que había arrollado a un caminante.


Por eso, apenas los paramédicos le brindaron los primeros auxilios a la víctima y lo trasladaron a la Clínica de Girón, el chofer se habría retirado para dejar el bus en un parqueadero y evitar ser agredido, según su versión.


Posteriormente se hizo presente en el centro asistencial donde estaba Jhon Eduard y allí le entregó la documentación de la buseta a los agentes de tránsito a cargo.

La caída fue letal

Desde entonces, cada día y noche que pasaba, los familiares y amigos del joven accidentado se aferraban a la idea de verlo recuperarse, de que sobreviviera a este absurdo infortunio.
Pero por más que Jhon Eduard se aferrara a la vida y pese a la salud que gozaba a sus 27 años, el trauma craneoencefálico que recibió era severo y no le dio otra oportunidad de seguir con los suyos.

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