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Una ‘Joya’ en calidad y atención: la historia de Liz Janeth Parra

El tendero es una figura emblemática de nuestra sociedad que hace parte activa de la vida de un barrio, es quien provee a los vecinos de los productos básicos, sabe quién puede pagar en efectivo o a plazos, conoce las historias secretas de sus calles y sabe con quién puede entablar una conversación de confianza.


Es por esto que Q’hubo hoy vuelve a los barrios y cada fin de semana, en cada esquina de la ciudad, estará buscando un tendero para conocer su faceta y su entorno con quien a diario convive.

Su negocio, una ‘Joya’
Liz Janeth Parra Rodríguez nació para el tema de los negocios. Así se describe. Lleva 30 años en su tienda llamada ‘El No Hay’ en homenaje a su madre Ana Delia, pues cuenta que antes el negocio lo tenía ella y siempre cuando llegaba el cliente a pedir servicio la palabra favorita de su mamá era: No hay.
“Esa es la historia de antes, pero ahora ‘El No Hay’ yo la adapto y le digo al cliente que no hay que preguntar nada, porque todo lo encuentra en esta tienda”, comenta esta mujer santandereana que por más de 50 años ha vivido en el barrio La Joya.
Es una enamorada de su negocio, porque combina las cosas del hogar con la tienda. Tiene dos hijas que le ayudan en los oficios y en darle el mejor trato al cliente.
Comenzó con un surtido básico, luego que tomara el negocio de su mamá. Poco a poco fue ahorrando y metiéndole más cosas que la misma comunidad le pedía.

¿Por qué tener tienda?
“Es lo más bonito que hay. Uno trata con muchas personas. Habla con todo mundo y el aprecio es mutuo. Les agradezco a quienes vienen aquí a mi tienda, porque siempre les digo, es gracias a ustedes, los habitantes de La Joya y Los Pantanos, que yo he crecido y he sacado a mi familia adelante”, comenta.

Lo qué no puede faltar
Cuenta que lo más importante es tener de todo, según dice, eso le da un plus al negocio y el cliente vuelve. “Una puntilla, un lápiz, muchas cosas. Yo no tengo 10 bultos de papel, pero sí trato en lo posible adquirir un buen surtido. Lo que no puede faltar es la básico. En las mañanas la leche, el pan y los huevos, en la noche, la gaseosa, jamón y las cosas básicas del aseo”, dice Liz.

¿Qué tal cómo tendera?
“Tengo un genio atravesado, la gente ya me conoce, pero siempre atendiendo con buen servicio. Ya es tradición que todo el que viva por este sector pase por mi tienda”, dice.
Para Liz los vecinos son lo mejor. Ellos la ayudan a crecer y ella les brinda sus productos.

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