La última vez que Carlos Aparicio vio a su sobrina Nickol Valentina Rodríguez, fue en diciembre del año pasado.
Vive en Europa y al igual que él, Nickol quería perseguir sus sueños fuera del país.
Carlos la motivaba y cada vez que hablaban, por videollamada, le manifestaba a Nickol que la apoyaría para que realizara sus estudios universitarios.
“Un día decía que quería estudiar negocios internacionales y al siguiente aseguraba que quería mejor veterinaria”, contó Carlos, afligido, al recordar los sueños que tenía su sobrina.
“Le gustaba viajar. A su corta edad ya conocía España, Francia, Andorra. Era una niña alegre, le encantaba tomarse fotos”, agregó.
Nickol amaba el baile, el porrismo y la gimnasia artística, disciplina que practicaba desde los diez años.
Hacía parte del club deportivo Gymnastic’s Way, en Bucaramanga donde tuvo la oportunidad de participar en varios eventos y obtener medallas en representación del departamento.
“Ella asistía cuatro días a la semana. Entrenaba en las tardes, pero debido al colegio y al grado que entraba a cursar, tuvo que suspenderlo. Se destacaba en la viga del equilibrio, salto al caballete y barras asimétricas”, contó el docente del club deportivo.
En un sentido homenaje, el club Gymnastic’s, recopiló los videos en que los que se ve a Nickol entrenando, realizando las piruetas y los movimientos artísticos para los que tenía un gran talento y habilidad.
Sus compañeras la despidieron
“-Esta es por las niñas y las gimnastas,-este es por el deporte colombiano-y esta es por Nickol Valentina que siempre va a estar en nuestros corazones”.
Para que la historia no se repita
Aún sumidos en el dolor, los familiares de la pequeña se armaron de valor para hablar sobre cómo ha sido para ellos afrontar lo que ocurrió.
“Yo le decía que se dejara robar pero todos reaccionamos diferentes. Los nervios y la situación tuvieron que ser terriblse para ella, puso resistencia e intentó huir”, contó Carlos Aparicio.
El tío de la menor Nickol Valentina, agradeció la solidaridad y el apoyo que han recibido. Expresó que la presión mediática fue importante para que se hiciera justicia.
“Mi sobrina se convirtió en el florero de llorente. Esperamos que no se quede en los efervescentes y que su caso se convierta en una Ley o un monumento.
Ninguna condena será suficiente y a que ese sujeto utilizara a su hijo para justificar lo que hizo, lo hace aún más despreciable”, dijo.
Sobre la polémica que generó la falta de claridad por parte de las autoridades si sería o no entregada la recompensa de los $50 millones para esclarecer el caso, el mandatario de los bumangueses, el ingeniero Juan Carlos Cárdenas ratificó que el dinero no será entregado a los familiares de Pedro Trujillo, el confeso homicida.
“La única “recompensa” que esperamos tenga este desgraciado son 50 años de cárcel”, sentenció.