Desde hacía nueve años Juan de la Cruz Vanegas Vanegas vivía en el asentamiento humano Asomiflor, en Floridablanca.
Era un vecino comprometido con su barrio, tanto, que cada vez que se dañaba el tubo del agua que surtía a todo el sector él era de los primeros que se ofrecía para ir a repararlo.
“Siempre le tocaba hacer esos arreglos porque los tubos van de manera aérea y a cada rato los carros grandes que pasan los dañan”, contó Margarita Conde, la esposa de Juan, quien tenía 58 años.
El jueves en la mañana, luego de llevar a su hija al trabajo, Juan le pidió a un vecino que lo acompañara a comprar los tubos y las uniones para -una vez más- arreglar otro daño en el acueducto comunitario, en un tramo de la vía que comunica al Carmen con Bucarica. Al parecer, la afección fue causada por el paso de un camión de basura.
Otros tres vecinos se sumaron a la labor. Cada quien se ubicó en distintos puntos para el arreglo.
Desde la carretera Juan lanzó un rollo de alambre por encima de unos cables pero no se habría fijado que eran de alta tensión. El contacto directo fue fatal, recibió una potente descarga.
“Me cogió la corriente”
Claro, cuando sus manos sintieron el voltaje, alcanzó a gritarles a sus vecinos: “¡Me cogió la corriente!” Todos reaccionaron, pero fue tarde.
“La corriente lo agarró de una cuando pasó los cables por encima. Trató de respirar, pero luego se soltó y cayó al piso. Enseguida tratamos de reanimarlo, pero no reaccionaba. Lo subimos a un taxi y lo llevamos al hospital”, contó Hernando Navas, uno de los amigos del barrio que se encontraba con Juan.
Cuando lo ingresaron al centro médico, los galenos confirmaron que no había esperanzas.
Su esposa y sus hijas también corrieron en busca de -ojalá- noticias alentadoras, pero ya Juan había partido de este mundo. Ellas recibieron toda la ‘descarga’ de dolor.