Luego de luchar durante dos días, aferrado a la camilla de un centro asistencial, Jorge Armando Orduz perdió la vida.
Orduz fue el hombre baleado por sicarios, la noche del pasado domingo en los alrededores del Parque de los Niños, en Bucaramanga.
Jorge Armando, quien acababa de llegar de Ibagué, de acuerdo con las autoridades, ya habría sido víctima de un ataque. Meses atrás le habrían disparado por temas pasionales.
Quienes los atacaron le tenían ‘montada’ inteligencia, sabían a qué hora llegaría a Bucaramanga y cuáles serían las rutas que tomaría.
Cuando ya lo tenían en ‘la mira’ en la carrera 26 con calle 30 del barrio Antonia Santos, lo interceptaron y le propinaron varios disparos.
Testigos aseguran que se escucharon nueve detonaciones; sin embargo, otros señalaron que solo fueron cuatro. “Nos llenamos de pánico y la gente comenzó a correr. Unos salieron de sus casas a mirar y otros se guardaron, porque dicen que quien se pone de chismoso también lleva”, comentó uno de los residentes del sector.
Jorge, de 39 años, iba a bordo de un Mazda 323 color rojo, de placas INF-498, con una mujer y una menor de edad.
Una de las versiones recolectadas en la zona indica que a Orduz lo habrían seguido dos sujetos en moto, quienes lo obligaron a detenerse y le propinaron los disparos.
Pero las autoridades explicaron que el vehículo en el que se movilizaba se habría quedado sin gasolina, por lo que Jorge se habría detenido. Los tres ocupantes se bajaron y se sentaron en un andén y fue en ese momento cuando llegaron los sicarios y le dispararon solo a Jorge.
Habría recibido tres impactos: uno en el abdomen, otro en el pecho y otro en un brazo.
De inmediato fue auxiliado por la Policía y trasladado hasta el Hospital Universitario de Santander donde pese a los esfuerzos médicos, falleció.
