Una verdadera tragedia vive un familia en Bogotá después de que el menor de ellos, un niño de 11 años, muriera por haber consumido dulces que tenían alucinógenos.
Los dulces tenían, al parecer, LSD, una sustancia de este tipo.
“La tía de mi hijo me llamó y me dijo que estaba convulsionando”, dijo la madre del menor.
Antes de morir el niño alucinó. Decía que veía imágenes extrañas, pidió leche y ayuda a su familia, luego gritó y finalmente falleció a pesar de haber sido trasladado al hospital.
Las autoridades han denunciado en repetidas ocasiones que las bandas de microtráfico operan de esa manera.
Camuflan la droga en dulces para distribuirla en la salida de los colegios y en fiestas clandestinas.