Sus amigos más cercanos y los miembros de su ‘manada’, como llamaría al grupo con el que salía a andar en bicicleta por las calles de Pinchote, le decían de cariño ‘El Enano’, pero la batalla que tuvo que librar hasta el final fue ‘gigante’.
Eran escasas las posibilidades que tenía ante el aplastamiento de cadera y pelvis que le dejó una letal hemorragia interna y lo mantuvo en coma desde el pasado miércoles, al parecer al mediodía.
En aquel momento, según confirmaron las autoridades, se registró el impresionante accidente doméstico en una finca de la vereda Piedra del Sol en Pinchote, donde se encontraba junto a su padrastro.
Una pared de la vivienda se desprendió mientras él, de contextura delgada y estatura baja, se encontraba justo al lado. Luego de eso todo fue incertidumbre.
Sus seres queridos adelantaron campañas para que cuantas personas pudieran donaran sangre O positiva y publicaron en redes sociales muchos mensajes de aliento y súplicas al cielo.
Pero en su fragilidad, el muchacho partió a lo eterno mientras estaba internado en el Hospital Regional Manuela Beltrán de la Capital Comunera, a donde lo habían trasladado esperando por un milagro.
Su vida se ‘derrumbó’ con aquel muro dejando a su paso un dolor enorme.