Durante más de 20 años, vendedoras de raspados, como Laura Ruíz, han adornado el Parque Principal de Girón con hielos de colores y sabores que refrescan los días calurosos en este municipio.
Esencia de cola, mantecado, limón, leche condensada, con o sin fruta, son algunos de los ingredientes que usted puede escoger para armar el helado de su preferencia.
Más raspados, menos basura
Detrás del gusto y la tradición, el consumo de raspado ha generado grandes cantidades de desechos plásticos que incrementan el nivel de contaminación en el sector colonial.
Así lo afirmó Alan Felipe Moreno, uno de los jóvenes que buscan cambiar esta problemática presente en el parque. “Entre semana, de lunes a jueves, se botan más de 500 vasos plásticos y entre el viernes a domingo más de 1.500 vasos plásticos, según lo que nos han dicho las vendedoras”.
Después de las 10 de la noche, como lo explicó Alan, “este sector termina como un basurero, completamente lleno de vasos, cucharas y pitillos plásticos”.
Por esta razón, nació la idea de implementar los vasos biodegradables, o, en su defecto, un recipiente personal en donde se le prepare el raspado.
¿De qué se trata la iniciativa?
El principal objetivo de esta campaña es cuidar el medio ambiente, disfrutar del consumo, pero de una forma consciente. David Guerrero, activista ambiental, indicó que “aunque para muchas personas será incómodo cargar con un vaso, esta es una acción que, si se realiza diariamente, dará buenos resultados”.
La idea es que las vendedoras coloquen en práctica el uso de artículos amigables con el medio ambiente.
“Las vendedoras dicen que, si la Alcaldía colabora en algo para los vasos ecológicos, ellas se ajustan a los cambios”, dijo Moreno después de dar a conocer esta propuesta a las comerciantes de Girón.
Una segunda opción sería implementar el hábito del ‘pocillo’ personal con un descuento adicional. Lo que proponen es que se reduzca el precio del producto a quien se acerque a comprar su raspado de esta forma, para así incentivar el proyecto.