Crecer rodeado de talento en su familia, con sus padres y hermanos viviendo y practicando el arte de diferentes maneras, formó a Álvaro Bermúdez López para la vida y le mostró el camino a recorrer y que lo haría siempre feliz.
Y es que a lo largo de sus 67 años, el maestro no se ha quedado con ningún pendiente.
Aprendió la carpintería y la ejerció por muchos años, de ahí empezó a tallar, es pintor, luego se convirtió en músico tocando la guitarra y escribiendo canciones colombianas, villancicos, entre otros, de ahí pasó a ser docente y ya son 20 años enseñándole a niños a tocar ese instrumento.
“De niño siempre estuve muy conectado con el arte. Mi mamá siempre ha sido muy artística, mi papá fue músico, nosotros tenemos esa tendencia. Un hermano fue un excelente zapatero, otro constructor, otro fue conmigo ebanista de muebles de estilos franceses e ingleses y de ahí aprendí la talla, el torno y me gradué como tecnólogo del Sena en artesanía.
“Hago de todo, como decían antiguamente, yo soy músico, poeta y loco (risas). Son muchas expresiones, música, artes plásticas, he participado en muchas exposiciones con ‘Los Colores del Sonido’, fui coordinador muchos años del grupo, conocí artistas, sitios, fue una actividad muy bonita, pero por la pandemia se acabó todo”, cuenta.
El maestro Álvaro también recicla madera, cuando ve pedacitos de árboles que podan, los toma y los convierte en una pieza única para que no se desperdicie, pero por si fuera poco, tiene otra pasión, la bicicleta, es un ciclista empedernido que demuestra que el arte y el deporte, sí pueden ir de la mano y lo convierte en ‘el hombre orquesta’.
Su propio método
Bermúdez López presume ser el creador de su propio método de enseñanza con el que los niños aprenden mucho más rápido y mejor, a tocar guitarra.
“Mi método es distinto, yo soy empírico, no aprendí en universidad ni nada, mi Dios me ha permitido desarrollar mis talentos y a los chicos les gusta y si siguen el método, aprenden rapidito, si toman dos clases a la semana y siguen, en dos meses tocan que da miedo.
“Hay gente que dice que los niños por ser niños aprenden más, yo no creo en eso, los niños que aprenden son los que se le miden, hacen caso y siguen las instrucciones, para aprender no hay edad y el que se mida, es el que va para adelante”, acotó.
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