En una de las zonas con mayor progreso de Bucaramanga y junto a establecimientos públicos como centros de salud, bancos y restaurantes un inmueble en ruinas perturba la tranquilidad de residentes, comerciantes y peatones, quienes aseveran que la edificación se convirtió en un antro para habitantes de calle, consumidores de psicoactivos y delincuentes.
Hablamos del Club de Profesionales de Santander, que hace aproximadamente ocho años cerró sus puertas y que funcionó desde 1966 en la calle 44 entre carreras 35 y 35, en Cabecera.
Atrás quedaron los bailes, los banquetes, los reinados y demás actividades que hoy son un recuerdo en la memoria de miles de santandereanos. Ahora, quienes frecuentan este inmueble lo hacen para consumir alucinógenos, cometer robos y hallar refugio, según lo reportado por la ciudadanía.
En entrevista con Q’hubo, el dueño del predio aseguró que mejorará el cercado y cuidado de esta propiedad con vigilantes y paredes de ladrillo. Desde la Alcaldía de Bucaramanga se informó que ya se inició un proceso con requerimientos y posibles sanciones en este caso en particular.
En las últimas horas un residente de las edificaciones aledañas grabó el momento justo en el que se ve a un sujeto alterando el cerramiento del inmueble. La comunidad advierte que existe una población en condiciones de indigencia que frecuenta y usa estas ruinas para ‘hacer de las suyas’.
“La Policía hace presencia cuando uno llama al CAI, pero tan pronto se van esos individuos vuelven y se meten. Los alrededores del antiguo club están vueltos nada, llenos de basura y desvalijadas las cajas de servicios públicos y los contadores. De noche es tremendo el consumo de drogas. Ya tenemos casi dos años con este problema. Los olores son terribles al igual que los desórdenes, ahora cogieron ese predio para acopiar reciclaje. Esa edificación se volvió una guarida”, manifestó Juan Francisco Cardozo, habitante de dicha zona.
Se perdió la calma que en otrora se percibía en los alrededores del Club de Profesionales. En estos momentos muchos transeúntes prefieren caminar por otra calle y ‘sacarle el quite’ a los malos olores generados por la heces que rodean este inmueble, además de prevenir ser víctimas de un posible hecho de inseguridad o altercado con quienes frecuentan estas ruinas.
“A muchas personas ya les da miedo pasar por ahí, es un sitio que está en medio de varios conjuntos y edificios residenciales. Hay reportes de los vecinos sobre sujetos que se quedan a dormir en donde quedaba el club, sobre montones de basura y excrementos, robos y consumo de drogas. La alcaldía debe tomar acciones para reubicar o evacuar a esa población del sector. Pero estamos muy extrañados porque hemos citado a secretarios de despacho como Infraestructura y Planeación, para también abordar inquietudes en materia de POT, y nos dicen que tienen la agenda muy ocupada, no nos han programado cita”, denunció Trinidad Flórez Pabón, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Cabecera.
“Solicitamos intervenciones”
La Alcaldía de Bucaramanga ya conoce este problema. Melissa Franco, secretaria del Interior, aseguró a Q’hubo que se hizo un requerimiento a los dueños del predio, que es una fiduciaria, y se solicitó intervenciones en esta propiedad, además de advertir las condiciones de inseguridad y de contaminación que actualmente existen.
“Estamos esperando respuesta y adecuaciones por parte de la fiduciaria, o de lo contrario se aplicarían sanciones a través del Código Nacional de Seguridad y Convivencia. El Artículo 27 sanciona a dueños de inmuebles en caso de no reparar ni retirar objetos que representen riesgos para la ciudadanía y los obliga a hacer los arreglos requeridos. Esta normativa también multa (con cerca de $484 mil) a los propietarios que omiten el cerramiento y mantenimiento de lotes, fachadas y edificaciones. De la mano con la comunidad, queremos ejecutar labores de recuperación y embellecimiento en este sector”, explicó la Secretaria.
Por ahora, la ciudadanía espera labores más rigurosas de las autoridades para el control de habitantes de calle y consumidores de droga en la zona, y tareas más frecuentes orientadas a la limpieza y ornato en la manzana de la calle 44 entre carreras 34 y 35.
