Después de perseguirlos varias cuadras, hasta el Parque Santander, entre arengas de «¡quémenles la moto, quémenles la moto!» la Policía de manera literal les salvó la vida a los delincuentes, uno de ellos armado con lo que sería una pistola traumática, porque nunca la utilizó.
Uno de los bandidos se metió en carrera a las instalaciones del Banco BBVA, después de lanzar la moto contra un bolardo de la calle 36 con carrera 19, donde quedó en ‘custodia’ de un agente mientras llegaba la patrulla que salvaría al sospechoso de un linchamiento seguro.
La moto, de color negro, aún tenía las llaves en el encendido. Un testigo del hurto dijo que todo se habría iniciado justo cuando el comerciante llegaba a un estacionamiento de la carrera 17 con 37.
Después caer en la persecución ciudadana, una patrulla se metió en contravía un par de metros por la 19, para sacar de manera estratégica al segundo sospechosos refugiado en el banco. Aún así, por entre las piernas y la espalda de los agentes que lo extraían, hubo puntapiés y maldiciones.