Guerrilla, paramilitares y fuerzas del Estado percibieron a las universidades públicas como un lugar para reclutar, incidir en procesos de movilización, amenazar, intimidar y generar todo tipo de violencia. En ese proceso cada actor del conflicto armado fue responsable de varios delitos, entre ellos, desapariciones forzosas y homicidios.
Este tipo de afirmaciones se escucharon anoche en la Universidad Industrial de Santander, UIS, escenario de un encuentro para reconocer los impactos de la guerra, en los últimos 50 años, en ocho universidades del país. La actividad se llamó: ‘El conflicto armado en las universidades: generaciones que no se rinden’..
Este espacio fue convocado y organizado por la Comisión de la Verdad. En este encuentro se escucharon a las víctimas narrar cómo fueron amenazadas e intimidadas. Otras recordaron a sus seres queridos muertos. Eran estudiantes y profesores, que por sus activismos y formas de pensar, perdieron la vida de las manos de cada uno de los bandos del conflicto.
Pero también hablaron los victimarios, hoy vinculados en restablecer la verdad histórica de la guerra, quienes desde La Gallera de la UIS pidieron perdón por todas estas formas de violencia que dejaron, por lo menos entre 1962 y el 2011, 588 jóvenes del movimiento universitario muertos.
El encuentro fue presidido por el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, quien aseguró que “las insurgencias profundizaron la guerra y la violencia en las universidades, sembraron el miedo y profundizaron la estigmatización contra las universidades, docentes, funcionarios y estudiantes”. Además, agregó que “la alianza entre fuerza pública y organismos de seguridad del Estado con grupos de autodefensa y paramilitares, en algunos casos, tuvo efectos devastadores sobre la comunidad universitaria del país”.
Roux fue enfático en aclarar que la Comisión de la Verdad está abierta a la escucha de las víctimas de todos los lados y “lo hace con respeto y hará su análisis a fondo para establecer responsabilidades políticas y éticas. Esa es nuestra tarea. Escuchamos las responsabilidades del lado de la insurgencia y escuchamos las responsabilidades del lado de los paramilitares”.
Frente a las críticas de algunos sectores por este tipo de encuentros, el padre Francisco de Roux añadió que “la Comisión de la Verdad está abierta a todo y escuchará a todos. Nos critican por eso, pero no vamos a dejarnos echar atrás. Nosotros no tenemos enemigos en la Comisión. Estamos en contra de las mentiras de todos los sectores y de no quieren ver la complejidad de las cosas que pasaron aquí. No somos enemigos de nadie y no pertenecemos a ningún partido. Acá se trata de escuchar la verdad de todos los colombianos en honor a las víctimas. Y si eso trae consecuencias de la extrema derecha y la extrema izquierda, cargamos con eso”.
Las voces
Óscar Naranjo, General (r) Policía Nacional
“La universidad no estuvo exenta y fue estigmatizada. Cuando fui director de inteligencia contribuí a estigmatizarla por considerarla afín a grupos armados. Que error tan grande”.
Gustavo Franco Marín, estudiante y profesor Universidad de Antioquia (1987).
“Este encuentro es una representación de los que hoy no están y siempre soñaron con una Colombia más justa, fraterna y humana”.
Franklin Carreño, desmovilizado de las Farc
“Pedimos perdón por las acciones que afectaron a algunos. Las universidades no deben jamás volver a ser mezcladas en el conflicto, deben dedicarse al desarrollo del pensamiento”.
Pastor Alape, desmovilizado de las Farc
“Les manifestamos nuestro anhelo a las familias de las víctimas de que puedan perdonarnos y podamos, a partir de esa memoria, vernos desde el corazón siendo claros en que somos diferentes”.
Ivonne Suárez, docente de la UIS
“A mí me amenazaron, me estigmatizaron, dijeron que yo pertenecía al Eln por la simple razón de que me gustaba defender causas sociales”