Lo inexplicable e inimaginable es que habría ocurrido si el accidente se hubiese suscitado bajando.
Sí, Julio subía por la calle 45 cuando al parecer, por exceso de velocidad, perdió el control a pocos metros de Medicina Legal donde chocó contra el muro de una tienda y terminó volcado de lado.
El estruendo ‘sacó’ de las cobijas a los durmientes de esa cuadra las 11:40 p.m..
“Yo estaba acostada cuando sentí el golpe, nos levantamos y vimos los estragos”, contó una testigo.
El más alarmado era el dueño de la tienda donde terminó el vehículo.
“Me llamaron y me dijeron que un carro se había metido al negocio. Me fui para allá enseguida. Le alcanzó a pegar a la estantería, partió unas botellas, una crema de Whisky. Menos mal no había nadie…”.
Pero faltaba sacar al intrépido conductor. Alrededor de aquel envoltorio de latas agentes de Tránsito y Policía lo extraían de la cabina, porque quedó aprisionado. Estaba consciente, aturdido. No sufrió heridas de gravedad; incluso las autoridades dijeron ayer que se encuentra estable.
Pero el revolcón de Julio Durán no fue desaprovechado por los residentes del barrio Campohermoso, quienes pidieron que haya más iluminación, porque han ocurrido varios accidentes similares -según ellos- “porque los conductores no se dan cuenta del reductor de velocidad y cuando lo cogen, salta y pierden el control de los vehículos”.
Vaya ironía un reductor de velocidad es precisamente el ‘causante’ de estos siniestros.