Desde el pasado 14 de julio de 2022, Rosalba Velandia Salazar desapareció en Piedecuesta. Por más de dos años, Sergio Delgado, su hijo, la ha estado buscando insistentemente. Ha recorrido 13 departamentos. Así como la mitad del territorio de Ecuador.
Recientemente, estuvo en Barrancabermeja (Santander), en donde organizó una caravana para incentivar a los residentes del municipio a buscar a Rosalba. El piedecuestano ya llegó a Medellín tras la pista de varias personas que le han señalado que su mamá podría ser una de las habitantes de calle de la capital antioqueña.
Sergio Velandia recorrió La Plaza Minorista, Castilla, y San Antonio de Prado. En su estancia por esa ciudad, le aseguró a El Colombiano que la búsqueda insistente de su madre lo ha alejado de familiares y de tener vida social.
“Yo decidí abandonar todo y entregarme de lleno a buscar y encontrar a mi mamá. Yo hoy no tengo amigos, no tengo esposa, no tengo vida social. Ya viendo la cercanía de diciembre, lo único que me interesa es abrazar a mi mamá”, añadió.
Así desapareció Rosalba Velandia Salazar
Rosalba Velandia, de 56 años, salió de su vivienda en el barrio La Candelaria de Piedecuesta y desde entonces no ha vuelto. El jueves 14 de julio de 2022 fue la última vez que Sergio Velandia vio y habló con su mamá.
Como iba todos los días, y la mujer no tenía un celular al que pudieran instalarle aplicaciones de mensajería, hablaban de frente o por llamadas.
Ese jueves, cuenta Sergio, después de compartir una pizza con su mamá le dijo que no iba a ir el viernes ni el sábado. Ella no puso problema ni se mostró molesta.
“Llegó el domingo, la llamo pero no contestó. Preguntó a toda la familia que si la habían visitado, que si la habían visto, que sí hablaron con ella. Nada. Yo guardaba la esperanza de que en alguna llamada me dijeran ella está conmigo”. “Mi hermano tampoco sabía nada”, recuerda Velandia.
Con el pasar de las horas, la incertidumbre crecía. Por eso los hermanos decidieron preguntarles a los vecinos si habían visto algo extraño. Como no obtuvieron respuesta, comenzaron a ampliar las zonas a visitar.
“Me fui con mi hermano cuadra por cuadra, en la moto, buscando. Luego pasamos a barrios cercanos. En grupos de Facebook se publicó la foto y nos la pasábamos revisando comentarios. “La vi en tal lado”, “acaba de pasar por Paseo del Puente”. Leíamos eso y salíamos corriendo a la zona que nos decían. Pero nada. Al otro día, el lunes, me llegó un mensaje. Me dicen que la vieron en una camioneta en Pescadero”, indica Sergio.
Como el viaje pareció ser en vano, el miércoles decidieron volver y parar en Pescadero. Allá comenzaron a mirar las cámaras de seguridad. Para ese momento el calendario ya marcaba 20 de julio. Rosalba llevaba desaparecida, por lo menos, cuatro días.
El martes siguiente decidieron hacer nuevamente la ruta a Pescadero. Buscaron de pueblo en pueblo, hasta Oiba.
“Revisamos las cámaras y sí era mi mamá. Hasta el Peaje de Pescadero, 800 metros adelante, hay rastro de ella. Iba sola, sin bolso, caminando a paso lento. Fue vista por última vez el 17 de julio a las 3:19 de la tarde, que pasa el peaje. El mismo miércoles aviso a Fiscalía lo que encontré, le paso los videos, les digo “su rastro llevaba perdido desde apenas 36 horas”, todavía se podía hacer algo. Pero no pasó nada”, cuenta.
Desde entonces, Sergio Velandia se ha convertido en un peregrino en búsqueda de su mamá. Si usted ha visto a la señora Rosalba puede contactar a Sergio al teléfono 321 367 07 61.