Durante más de una hora, dos grúas particulares fueron las encargadas de retirar el tractocamión de placas TEK-529, que se movilizaba en el sentido de Bucaramanga hacia Rionegro.
En horas de la mañana de este martes 13 de agosto, el tramo vial permaneció cerrado mientras se extraía el vehículo de carga.
La cabina o cabezote, de color amarrillo, quedó destruida por la caída de más de 10 metros. Quienes se agolparon por curiosidad o que transitaban por esa carretera nacional no dudaron en calificar que lo ocurrido ‘fue un milagro’.
“Irse a ese abismo con ese vehículo cargado, no llegar al río y el conductor de la tractomula salvarse es una obra de Dios, que también benefició a los otros adultos y niños que iban en el carro particular que por fortuna no fueron arrollados, porque la noticia sería otra”, dijo un residente del sector.
De las seis personas heridas por el hecho, todas, incluyendo al conductor del tractocamión, ya fueron dadas de alta sin lesiones de consideración.
¿Qué ocurrió en la noche del domingo?
La versión de lo ocurrido ha sido entregada por conductores que fueron testigos de la valerosa acción del conductor de un tractocamión que circulaba en el sentido Bucaramanga a Rionegro y que arriesgó su vida por salvar la de una familia que se movilizaba en un Chevrolet Spark, color blanco, de placas CWB-437.
De acuerdo con los testigos, a las 7:00 p.m. del domingo 11 de agosto, los dos vehículos se encontraron de frente en el tramo entre la Báscula y la entrada al corregimiento de Bocas.
El conductor del tractocamión al ver que le invaden el carril, dio un volantazo y se fue a un abismo para no estrellarse de frente con el Spark. Iba cargado con hierro.
No obstante, alcanzó a golpear el carro en el que según testigos, se movilizaban varios menores de edad.