El caso del llamado “robo del siglo” en la Fiscalía del Atlántico está envuelto en un misterio sin precedentes. Cerca de $15.000 millones en efectivo y más de 20.000 millones de las cuentas virtuales de la empresa española Prosegur fueron sustraídos en una operación que ha desconcertado a todos.
El asalto ocurrió en la madrugada del 1 de julio. Era la 1:00 a.m. cuando 10 hombres disfrazados con uniformes de la empresa, llegaron al establecimiento ubicado en la calle 53 entre carreras 43 y 44, en la localidad Norte-Centro Histórico de la capital del Atlántico.
Sin mayor dificultad redujeron a los vigilantes de turno y accedió a las instalaciones, no hubo necesidad de realizar un solo disparo. Los delincuentes, además, pidieron desactivar alarmas y cámaras de seguridad; luego amordazaron a los trabajadores.
Según testimonios recopilados por las autoridades, los ladrones actuaron con mucha velocidad, como si conocieran con anterioridad la ubicación de cada uno de los espacios, accedieron sin esfuerzo a la bodega donde se guardaba el dinero.
De acuerdo con el diario El Heraldo, la bodega donde estaba el dinero solo podía abrirse con un sistema electrónico y satelital fijado en Bogotá, pero esto no fue un obstáculo para los asaltantes porque aparentemente había un problema de conexión a internet y la misma pudo abrirse de forma manual.
El incidente supera con creces el famoso robo al Banco Agrario en Valledupar en 1994, siendo uno de los mayores atracos en la historia del país. Sin embargo, la investigación se enfrenta a numerosas anomalías, como la falta de pistas sólidas sobre la identidad de los ladrones. Solo uno de los empleados presentes afirma reconocer a los responsables, describiéndolos con acento del interior del país.
Cuatro personas han sido detenidas en conexión con el caso, empleados de una empresa de telecomunicaciones que estaban trabajando en reparaciones esa noche y habrían sido cómplices de los asaltantes. No obstante, todos quedaron a disposición de la Fiscalía y en audiencias preliminares fueron dejados en libertad, pero vinculados a la investigación.
Por ahora, las autoridades continúan sin pistas claras sobre los perpetradores de este audaz crimen, que lograron hacerse con el botín más cuantioso de la historia del país en menos de una hora.