Una relación tormentosa y llena de conflictos, marcada por un odio que acabó en una tragedia. Así describe una de las hijas de Máximo Primera Barreto los últimos meses de su padre junto a la mujer acusada de provocarle una muerte brutal.
Máximo Primera Barreto, de 46 años y originario de Caracas (Venezuela), falleció la noche del martes, 18 de junio, en el Hospital Universitario del Caribe tras pasar 11 días en una Unidad de Cuidados Intensivos.
Sufrió quemaduras de segundo grado en el 90 % de su cuerpo, principalmente en la espalda y los brazos. La hija de Máximo confirmó a El Universal que su padre fue rociado con gasolina y prendido fuego mientras estaba de espaldas.
El hecho ocurrió el pasado viernes, 7 de junio, por la tarde, frente a una vivienda en el barrio Nelson Mandela, en el sector Nueva Conquista. Los médicos declararon su muerte a las 7:30 p. m. del martes.
Uno de los seis hijos de Máximo cuenta que él llegó a Cartagena hace unos 28 años. Allí se dedicó al comercio de alimentos y con el tiempo logró establecer su propia microempresa.
Se especializaba en la distribución de plátanos y guineos en tiendas y negocios de Nelson Mandela y sus alrededores. Su dedicación le permitió abrir una bodega donde almacenaba los productos que distribuía. Esta bodega, ubicada en el sector Las Torres, fue testigo cercano de la tragedia que conmocionó a la ciudad.
Una relación clandestina y fatal
Máximo vivía con su pareja en Nelson Mandela cuando conoció a la mujer ahora señalada de su muerte.
“Ellos comenzaron una relación hace unos siete u ocho años mientras mi papá vivía con su esposa. Tuvieron un hijo, que ahora tiene 5 años, y tras la separación de mi papá, comenzó a vivir con esa mujer hace unos dos años”, relata la hija de Máximo. Debido a constantes conflictos, Máximo se separó de la mujer en enero pasado.
“Desde entonces, ella comenzó a acosarlo. Lo atacaba, amenazaba con prenderle fuego a su bodega, le decía que lo mataría, y lo maltrataba. Fueron meses de pesadilla para mi papá”, comenta la hija.
Discusión, denuncia y desenlace trágico
El pasado lunes, 3 de junio, Máximo y su expareja se encontraron en una calle de Mandela. Durante una discusión, ambos se agredieron, resultando la mujer con hematomas tras caer al suelo. El viernes, 7 de junio, ella denunció a Máximo ante la Policía, pero más tarde fue a buscarlo nuevamente.
“Mi papá estaba cerca de su bodega en un lugar donde vendían cervezas cuando ella apareció para gritarle y amenazarlo. El dueño del local se molestó y mi papá se fue a otro sitio cercano”, recuerda la hija.
Antes de encontrarse de nuevo con él, la mujer compró gasolina. “Ella llegó y comenzó a gritarle nuevamente. Mi papá, sentado en una silla de plástico, no le prestó atención a sus amenazas, pensando que eran como las anteriores. Pero cuando él le dio la espalda, ella lo roció con gasolina y le lanzó un fósforo encendido”, explica la hija.
Máximo, sorprendido, pensó inicialmente que el líquido era agua y no percibió el olor a gasolina, según relató a su hija en el hospital.
Las graves quemaduras y un acto de rabia e intolerancia acabaron con la vida de Máximo Primera Barreto.