Nuevos detalles se han ido conociendo de las investigaciones que realizan de manera conjunta la Policía Metropolitana y la Fiscalía para establecer qué ocurrió con el hombre, cuyo cuerpo calcinado hallaron a las 5:10 de la madrugada del pasado viernes (3 de mayo) en una trocha conocida como La Manga, que une los barrios Nelson Mandela y Villa Hermosa.
Aunque inicialmente se informó que a la víctima nadie la reconoció como residente de esa zona, este fin de semana transcendió que al joven, de unos 25 años, le decían ‘el Barola’ y que residía en otro barrio de esa zona periférica de Cartagena.
Lo que parece tener claro los investigadores es que al hombre lo llevaron a la fuerza a ese lugar, que está rodeado de maleza y de algunas casas, y allí lo mataron y luego quemaron su cuerpo.
La Policía dice que comprobó entre la comunidad que no escucharon gritos ni disparos, por lo que la hipótesis de que a la víctima la asesinaron en otro lugar no se descarta.
De la víctima se conoció que le decían ‘el Borola’, era de estatura alta, piel canela, cabello corto negro y de contextura delgada. Por lo menos es lo que se puede apreciar en medio de lo que el fuego dejó.
Vestía un jean oscuro, zapatos deportivos marca NewBalance y de color azul con café, además de un suéter que pudo ser de color blanco o beige.
En estos casos, según se conoció de una fuente de Medicina Legal, el reconocimiento de la víctima se podría hacer a través de ADN, con muestras tomadas de algún familiar; o con cotejo de huellas (necrodactilia).
Esta técnica, necrodactilia, consiste en desprender la piel del cadáver de toda la zona de la región anatómica de la mano, aunque no se limita a realizarlo únicamente en alguna falange distal o falangeta, para obtener una huella dactilar superponiendo la piel con un guante en casos como este, cuando el cuerpo está calcinado.
