La tranquila cotidianidad del barrio Marsella, en la localidad de Kennedy, en el suroccidente de Bogotá, se vio estremecida el pasado 21 de abril, cuando un trágico incidente dejó a la comunidad impactada y preocupada por la seguridad en las calles. Guillermo Arroyave, un hombre de 64 años, perdió la vida tras ser arrollado por un bicitaxista mientras cruzaba la calle.
El hecho ocurrió cerca del centro comercial Plaza de las Américas y quedó registrado en videos de cámaras de seguridad, los cuales muestran cómo luego del accidente, el bicitaxista continúa con su camino sin importarle que Guillermo quedó tendido sobre la vía, gravemente herido.
Varias personas de la comunidad se apresuraron a socorrer al herido. A pesar de los esfuerzos por trasladar rápidamente a Arroyave a la Clínica de Occidente, lamentablemente falleció minutos después de su ingreso, debido a las graves lesiones sufridas, incluyendo múltiples fracturas en el cráneo y un sangrado interno.
La indignación y el miedo se han apoderado de la comunidad, quienes denuncian que los conductores de bicitaxis en la zona realizan maniobras peligrosas, ignorando por completo las normas de tránsito y poniendo en riesgo la seguridad de los peatones y de ellos mismos.
En un acto de protesta y exigencia de justicia, los vecinos realizaron una velatón en la noche del domingo 28 de abril, manifestando su preocupación ante la falta de respuestas por parte de las autoridades. Además, han señalado sentirse amenazados por los conductores de bicitaxis, quienes, según testimonios, han mostrado una actitud desafiante hacia quienes denuncian sus acciones irresponsables.
La falta de control sobre estos servicios de transporte ha generado un clamor por parte de los residentes del barrio, quienes exigen acciones contundentes por parte de las autoridades competentes. Sin embargo, hasta el momento, la Policía de Tránsito de Bogotá no se ha pronunciado al respecto, dejando a la comunidad en un estado de incertidumbre y desamparo.
El Ministerio de Transporte, mediante la resolución 3256 de 2018, reglamenta y autoriza la prestación del servicio público de transporte en triciclos o tricimóviles, pero no motorizados o con pedaleo asistido. No obstante, parece que algunos bicitaxis en la zona están equipados con motores, lo que plantea interrogantes sobre su legalidad y seguridad.
En medio del dolor y la consternación, la familia de Guillermo Arroyave exige respuestas y medidas concretas para prevenir futuras tragedias y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos en las calles de Bogotá.