No obstante, los propios vendedores informaron que llevaban más de una semana ‘en el limbo’. Estos al que al querer ubicarse en la piedra Barichara, frente al parque, Espacio Público les ordenó que su puesto era sobre la calle 9.
El espacio que se dispuso en la transitada vía ha ocasionado inconvenientes entre los dueños de los puestos y algunos conductores que se movilizan. Las medidas de seguridad precarias han hecho que los vendedores se sientan como ‘conos’ para evitar el parqueo prohibido a lo largo del parque.
Beatriz Carvajal, quien cuenta con 16 años de trabajo en la zona, manifestó su principal temor “como nadie nos comunicó el cambio de ubicación, entonces se lavaron las manos con cualquier accidente de tránsito que pueda pasar”.
Bajo esta incertidumbre fueron radicadas siete de sujetos especiales de protección al juzgado municipal tercero con el fin de recibir respuestas por parte de la Secretaría Seguridad y Convivencia Ciudadana.
En la respuesta del secretario, Fernando García Arenas, se evidencian algunas de las actas de reuniones con algunos de los representantes de los vendedores informales. Además, García informó que “estamos trabajando en una reubicación de todos los vendedores informales…falta la respuesta de un estudio que ordenó el juzgado para saber si se cumple con las normas de sismo-resistencia en el edificio Orbe, inmueble en donde se tiene como viable la reubicación de los vendedores en caso de salir bien el estudio”.
Aunque en la respuesta emitida, se abordaron uno a uno distintos los distintos puntos expresados en las acciones de tutela, lo cierto es que en las propias imágenes anexadas en el extenso documento se evidencia que las medidas de seguridad son cintas amarillas y una barrera de metal que ya fue solicitada de vuelta.
Por lo que la ausencia de garantías sigue siendo un problema para ambulantes, conductores y hasta peatones que al llenarse la acera no hay por donde pasar.
