Desde muy temprano el miedo y la incertidumbre se volvieron a pasear por el conjunto residencial Cormoranes, en Cúcuta. La causa de esto: el hallazgo de una persona asesinada a puñaladas.
Quien encontró el cadáver, se encargó de informarles a sus vecinos y de inmediato un grupo de personas decidió ir hasta el lote baldío donde estaba el cuerpo.
La Policía Metropolitana recibió la alerta de lo que estaba pasando antes de las 8:00 de la mañana, del pasado martes 13 de febrero, pero solo hasta después de media hora, varias patrullas llegaron a ese punto de la ciudadela Juan Atalaya a verificar qué tan cierto era.
Los uniformados al certificar que sí había una persona asesinada, de inmediato pidieron que las unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se hicieran cargo de la inspección técnica.
La trágica historia
Según el diario La Opinión, hacia las 7:00 a. m., cuando alguien sacó a su perro a hacer sus necesidades fisiológicas en un lote baldío, fue que halló el cuerpo sin vida. “A la persona se le podían ver tres puñaladas en el cuello”, comentó un habitante de ese sector.
“Cuando yo vi a los vecinos allá en el cerro, pensé que nos iban a invadir y empezamos a regar el cuento. Luego nos enteramos que era un muchacho muerto. Fuimos a llamar a la Policía entre todos, porque a ellos no les gusta venir por aquí”, comentó otro residente de ese conjunto residencial.
Tras arribar al sitio, los policías pudieron identificar a la víctima luego de encontrarle los documentos. La persona respondería al nombre de Jhoser Steven Páez Celis, de 21 años.
Además, algunos familiares que se dieron cuenta de lo sucedido, le informaron a este medio que Páez Celis residía en el barrio Las Coralinas y actualmente trabajaba como domiciliario, pero también se habría desempeñado como vigilante.
No tendría antecedentes judiciales
Los parientes de Jhoser Steven no dudaron en intentar limpiar su nombre, pues en un principio, las autoridades habrían informado que él tendría 30 años y presentaba antecedentes judiciales por estupefacientes en 2020.
En medio del dolor por la abrumadora noticia, una de las hermanas de la víctima aclaró que el joven no se había visto involucrado en ninguna situación relacionada.
“Él nunca ha estado en la cárcel ni ha sido capturado. Simplemente era un muchacho con muchos sueños, trabajaba muy duro para ayudar a nuestra familia. Laboró como vigilante y ahorita era domiciliario”, comentó la mujer.
La última comunicación con Jhoser
La noche del lunes, Jhoser Steven se comunicó con su familia para pedirles algunos datos, pues estaba armando su hoja de vida para buscar un nuevo trabajo, que le generara un mejor ingreso económico.
“Anoche (lunes) nos dijo que quería un nuevo trabajo para ayudar más a mis papás. Ellos viven en San Cristóbal y él siempre les envía dinero. Hablamos por un buen rato y estaba muy feliz, qué nos íbamos a imaginar que esto pasaría hoy”, lamentó la hermana de la víctima.
Esa llamada sería la última comunicación del joven con sus familiares, al parecer, les habría manifestado que haría unos servicios más de domicilio antes de regresar a su vivienda, ubicada en el barrio Las Coralinas.
Así se enteraron
Cerca de las 10:00 de la mañana, la noticia de un muerto en Cormoranes se conoció por redes sociales.
Los hermanos de la víctima escucharon cuando un periodista mencionó el nombre de Jhoser Steven Páez Celis y de inmediato llamaron a verificar, con la esperanza de encontrarse con un error en la información.
Sin embargo, la confirmación de la muerte del menor de los 4 hermanos, les cayó como un ‘balde de agua fría’.
“Estamos desconsolados, no podemos creer que esto esté pasando. Solo tenía 21 años y no entendemos por qué alguien quisiera hacerle daño. Siempre fue un muchacho trabajador y echado para adelante”, contó entre lágrimas la hermana de Jhoser.
Según sus familiares, la víctima no había recibido amenazas ni tampoco habría tenido inconvenientes con nadie, por eso les piden a las autoridades que se haga justicia y que los responsables paguen por el crimen del joven.
