Harold Steven Ceballos Ramírez había sido reportado como desaparecido por su familia el sábado 9 de diciembre y desde entonces comenzó una búsqueda tortuosa que culminó con el hallazgo de su cadáver en el centro oriente de Medellín.
El hombre, de 36 años, era oriundo de Bogotá y se le conocía una gran afición por el patinaje. De hecho, en redes sociales existen fotografías donde él aparece con sus patines amarillos de línea y con un morral al hombro, como iniciando el recorrido por una carretera.
Su cuerpo fue encontrado sin vida en estado de descomposición en un paraje boscoso del cerro Pan de Azúcar, que conduce hacia el corregimiento Santa Elena, Antioquia.
Estaba abandonado, boca arriba y en medio de un charco de sangre, según indica el informe de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (Meval).Un transeúnte que pasaba por allí lo vio e informó a la Policía.
Cuando los uniformados adscritos al cuadrante más próximo arribaron al sitio ya estaba presente la mamá del occiso, que había emprendido toda una cruzada por medios físicos y digitales (redes) con el fin de dar con su paradero, pues había perdido contacto con él tres días antes.
Según publicó el diario El Tiempo, la familia había acudido a distintos organismos de socorro y búsqueda, pero no obtuvo ayuda; en cambio sí fue determinante la solidaridad de los líderes de esta zona de la ciudad.
Las circunstancias de la muerte son materia de investigación por parte de las autoridades. Por lo pronto, datos entregados por personas cercanas apuntan a que Ceballos Ramírez habría sido víctima de un hurto.
Una de las pistas que siguen es la información acerca de que, previo la última información que se tuvo de él, había pactado una cita con una mujer.