“Hágame un favor. No vaya a gritar porque la mato, quietica”. Estas fueron las palabras con las que un delincuente amenazó de muerte a la empleada de una joyería mientras desenfundó un revólver para cometer el millonario atraco.
El hecho ocurrió pasadas las 9:00 de la mañana de este miércoles 22 de noviembre, en una joyería ubicada en la carrera 9 con calle 8 del Centro de Piedecuesta.
Según la información entregada por el propietario a Vanguardia, el delincuente portaba un casco negro, vestía con una camiseta blanca y jean. Todo el hurto quedó registrado en video.
“Al piso rápido ‘piroba hijue…’ porque la mato, la mato”. Eran las palabras que insistentemente repetía el asaltante al tiempo que empezó a saquear cada una de las vitrinas de la joyería y a guardar los elementos hurtados en una bolsa.
No contento con las joyas, el bandido quería llevarse el dinero del producido del negocio. Para lograr tal fin, también siguió amenazando a la mujer.
“¿Dónde está la plata piroba? ¿Donde está la plata? ¿Dónde, dónde, rápido? (…) No vaya a salir hasta dentro de 10 minutos”. Así continuaba las intimidaciones el atracador.
Con el botín en sus manos, el delincuente salió del lugar y se subió a una motocicleta marca AKT Flex, de color rojo, en la que lo esperaba su cómplice para huir.
$40 millones en joyas
Los arqueos iniciales dan cuenta de que el ladrón se llevó más de $40 millones en joyas.
“Gracias a Dios fueron amenazas y no atentaron en contra de la vida de ella. No hemos sacado cuentas exactas de lo robado, pero hasta ahora llevamos una docena de cadenas, 18 esclavas, 40 pares de topos, 20 candongas, 20 dijes, todo esto en oro”, dijo el dueño del lugar en medio de la impotencia.
El atraco, según la víctima, fue reportado a la Policía, sin que se lograra realizar alguna acción para dar con el paradero de los delincuentes o de la moto en la que huyeron.
“Están los videos con audio, las fotos y agradecemos si alguna persona los logra identificar. Creo que también la placa es adulterada o falsa”, concluyó el comerciante afectado, quien espera resultados y que el hecho no quede impune.