El cuerpo de Karen Hernández, de 22 años, quedó irreconocible, y la única forma que tuvieron sus amigos y familiares para identificarla fue por un tatuaje en uno de sus brazos. El cadáver lo lanzaron a una alcantarilla.
Gracias a las imágenes que circularon en redes sociales sobre el hallazgo de una mujer sin vida en la vereda Quitapereza, del municipio de Santander de Quilichao, Cauca, sus parientes supieron dónde estaba.
Su tatuaje de una cruz en la muñeca izquierda, el de unos números romanos en el antebrazo del mismo lado, unos arabescos en el otro brazo y una frase, lograron ser el detonante para establecer que la víctima era Karen.
El subcomandante del departamento de Policía Cauca, teniente coronel Héctor Uribe, dijo que este “hecho que rechazamos de forma categórica es materia de investigación por parte de nuestras unidades junto a la Fiscalía. Al parecer, el asesinato se produjo horas antes del hallazgo. El cuerpo fue encontrado en una alcantarilla”.
La joven dejó hijo pequeño huérfano, pues hace unos días asesinaron a su pareja sentimental, papá del menor.