Amparo Martínez lleva más de 40 años viviendo en el barrio Colombia, en la comuna 8 de Bucaramanga. Ella, al igual que cinco familias de esta zona, viven en incertidumbre ante el riesgo en el que están sus viviendas.
Según esta mujer, hace un año por la ola invernal que se presentó en la ciudad, una de las viviendas colapsó y resultó afectada.
“Sabemos que vivimos en peligro. Las autoridades nos dicen salgan, pero nosotros no tenemos para donde coger. No hay ninguna solución, ni ayudas. Lo único que nos dejaron fueron unos plásticos para tapar la tierra”, sostiene Amparo.
Hace dos semanas, cuando se movió la tierra, tras el temblor, las casas nuevamente se afectaron y hubo miedo dentro de sus residentes.
“Cuando llueve es un temor. Aquí vivimos cinco personas mayores y cinco niños. Queremos que las autoridades no ayuden a darle una solución al problema. La idea es que la tierra abajo no sigas cediendo para que las casas no se desestabilice, pues en muchas ya se presentan grietas”, comenta.
El mismo problema tiene Maribel Celis. Su casa tiene grietas y el piso ya está en desnivel.
“Según dice Gestión del Riesgo y la Alcaldía que no intervienen porque la parte de abajo es un lote privado, entonces no hacen nada. Yo tengo años de vivir aquí y eso no ha tenido dueño. El problema puede ser de filtraciones de agua y por eso las casas están cediendo”, comenta.
Muchas de las personas que viven en este sector son personas de la tercera edad y niños.
En noviembre de 2022, los habitantes informaron que las grietas aparecieron de manera repentina, después las estructuras se ladearon, los muros se partieron y se separaron las columnas de las paredes.
