Este hombre de 66 años, quien se ganaba la vida trabajando en las labores del campo, habría decidido ponerle fin a sus días envenenándose.
Q’hubo conoció, de acuerdo con la investigación adelantada por las autoridades, que el cadáver de Víctor Julio fue hallado por un compañero de trabajo del hoy occiso durante la mañana del pasado sábado. Junto al cuerpo estaban uno frascos que sirvieron para armar el rompecabezas de su muerte.
Familiares del fallecido informaron que el viernes Hernández Díaz estuvo visitando a una hermana y le pidió un veneno prestado para fumigar un cultivo de ahuyama.
Lejos de imaginar el desenlace, su pariente le entregó los recipientes en donde estaban envasados esta sustancia líquida llamada invetrina, utilizada para el control de plagas en el agro.
Tal parece que el hombre de 66 años no utilizó el veneno para los cultivos sino para acabar con su vida. Sus familiares corroboraron que los frascos hallados en el lugar eran los del insecticida.
Con estas evidencias, investigadores de la Sijín procedieron a adelantar las diligencias del levantamiento del cadáver, el cual fue llevado a la morgue de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Bucaramanga.
Se indagan cuáles fueron los motivos que llevaron a don Víctor Julio a acabar con su existencia.
Hay que buscar ayuda
Las autoridades recuerdan que algunas ocasiones los problemas pueden hacer creer que la vida no tiene sentido o no vale la pena vivirla, no olvide que es posible superar este malestar y está bien buscar apoyo en otras personas; búsquelo en un familiar, un amigo.
También puede comunicarse con la Línea Departamental de Primeros Auxilios Emocionales 60769 70000, extensiones 1114, 1287 ó 1283 o al 3174402158 de la Línea de Orientación Psicológica.
