Cuando apenas era una pequeña e inocente niña, Jeni Haynes fue accedida y torturada por su propio padre. Quien suponía debería ser la persona que la cuidaría toda la vida y velaría por su felicidad, se convirtió en aquel monstruo que la atormentaba.
Según cuenta ahora al mundo, su progenitor hizo lo que quiso con ella. La violó un sin fin de veces, la agredió, lastimó y manipuló hasta saciarse de placer.
Ya siendo una mujer ‘hecha y derecha’ narró que su padre la enfermó tanto, que la única escapatoria que tuvo para afrontar esa pesadilla fue crear nuevas personalidades. Fue allí que desarrolló un trastorno de identidad disociativo, con el cual sopesó el infierno que este sujeto le hacía pasar.
En 1974, la familia Haynes se mudó de Bexleyheath, en las afueras de Londres, a Australia. En ese entonces, Jeni tenía cuatro años y su padre ya la violaba, pero cuando llegaron a Sídney los abusos fueron peor y diarios.
«El abuso de mi padre fue planeado, calculado y deliberado. Disfrutó de cada minuto», le comentó Jeni a la corte en el 2019.
Así mismo, contó que la hacía llorar a propósito y gozaba. Mientras la accedía le gustaba verla descompensada y sufriendo, » Me escuchó rogarle que se detuviera, me escuchó llorar, vio el dolor y el terror que me estaba infligiendo, vio la sangre y el daño físico que me estaba causando. Y al día siguiente decidía hacerlo todo de nuevo».
No siendo suficiente el atroz ataque carnal, también según su testimonio, estuvo a punto de volverla loca, pues este le decía que podía leerle la mente y le impedía que pensara en las agresiones y contarlas, «me sentía presa hasta en mi propia cabeza, no confiaba ni en mis pensamientos».
Las lesiones que le causó su padre fueron bastante graves, sin embargo, él nunca la llevó al médico. Actualmente, Jenni tiene lesiones permanentes en su vista, mandíbula, intestino, ano y coxis. Incluso, algunas de estas requirieron de cirugías extensas, como la colostomía que le hicieron en el 2011.
Sus personalidades
Siendo apenas una pequeña, usó su imaginación para diseñar varias personalidades. La primera, se llamó Symphony, una niña de cuatro años, «Ella sufría cada minuto del abuso de papá y cuando él abusó de mí, su hija Jeni, en realidad estaba abusando de Symphony», le dijo Jeni al medio la ‘BBC’.
Jeni se sintió hombre y hasta se ideó los vestuarios de cada una de sus creaciones.
Judas: no es muy alto de estatura y tiene el pelo rojo. Lleva pantalones escolares grises lisos y un jersey verde brillante.
Linda: es alta y delgada, usa una falda de los años 50. Lleva el cabello recogido en una forma elegante y tiene las cejas afiladas.
Rick: usa lentes enormes, del mismo tipo que solía usar su padre, Richard Haynes.
Justicia
Según reseñaron en la ‘BBC’, fue el 6 de septiembre de 2009 que Jeni se sentó a unos cuentos metros de su padre en la corte, para ver como lo sentenciaban por 45 años por todos los vejámenes del que fue víctima. En ese momento, Haynes tenía 74 años y una mala salud. por tal motivo, según la fiscal del caso, morirá como un animal encerrado en prisión.