En los tejados de la correccional de menores de Piedecuesta, ubicada en la carrera 6 con calle 6, permanecieron amotinados un grupo de por lo menos 40 jóvenes durante cinco horas.
Esta violenta revuelta inició sobre las 3:00 p. m. de ayer cuando, de acuerdo con las autoridades, los menores de edad irrumpieron en el cuarto de cocina y se armaron con objetos contundentes y armas blancas.
“Los jóvenes se amotinaron y no quieren dialogar con nadie, ni con la Procuraduría ni la Defensoría. Se metieron al cuarto de la cocina y sacaron cuchillos, palos, del cuarto de la herramienta sacaron una motosierra y amenazan con reventar unos cilindros de gas”, fue el testimonio que anoche entregó el alcalde de Piedecuesta, Mario José Carvajal, a esta redacción.
En medio de la tensa situación, prendieron fuego a colchonetas y se inició un voraz incendio, cuya columna de humo se divisaba en todo el municipio.
Tras varios minutos de extensos trabajos, las llamas fueron controladas, evitando una tragedia mayor. Sin embargo, el amotinamiento siguió.
El Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, de la Policía llegó al lugar y trató de tomar el control, siguiendo los lineamientos establecidos para garantizar los derechos a los menores de edad.
La magnitud de la gravedad era tal que para hacerle frente a la situación se instaló un Puesto de Mando Unificado, PMU, liderado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, con el acompañamiento de la Procuraduría, Defensoría, Policía y la Alcaldía de Piedecuesta.
Los motivos
Sobre las 7:00 p. m. cientos de personas se agolparon a las afueras del centro de resocialización, entre ellos familiares de los internos protagonistas del motín. Angustiados ellos pedían que cesaran la revuelta.
“Entréguese, bájese, mijo…Ya es justo y necesario. Estamos sufriendo mucho acá todas las madres por ustedes. Por favor, bájense ya”. Eran las palabras de una mamá, quien le suplicaba a su hijo que terminara el motín.
Por el contrario, otra madre señalaba que “mi hijo está herido. El domingo pasado los educadores lo hirieron en el cuello y la espalda, nada pasó. Hace un año también lo golpearon en la cabeza, quedó aturdido y no pasó nada… Es por todo eso que ellos llegaron a estas medidas”.
Cerca de seis horas después que inició todo el alboroto, los familiares entregaron alimentos a sus seres queridos que permanecían en los tejados, pasadas las 8:00 p. m.
“Esto empezó porque ellos estaban exigiendo una solución a una problemática, no fueron escuchados y se inició un incendio. Hay heridos, no sabemos cuántos”, señaló a Q’hubo Yordin Duarte, veedor de Piedecuesta, quien añadió que en el lugar constantemente se les vulneran los derechos a los jóvenes.
De acuerdo con la última información suministrada, 10 menores presentan lesiones y uno de ellos cuenta con heridas de gravedad.