Los trabajos de remodelación del Parque García Rovira, situado frente a la sede principal de la Alcaldía de Bucaramanga, causan polémica y preocupación entre los ciudadanos y ambientalistas. A la demora en la ejecución, se suma el descontento que reina por la tala de algunas de las palmas de ese emblemático escenario.
Si bien el Municipio sostiene que algunas de estas palmas, que alcanzan los 25 metros de altura, están enfermas y agonizan desde hace varios años, la ciudadanía sostiene que “no se ha hecho nada por salvarlas”.
También la gente es consciente del riesgo que estas enfermas especies representan: “Las palmas son bellas, pero también son un peligro porque pueden caer y causar daños”, dijo Luis González un vendedor ambulante que acostumbra a trabajar por estos lados.
Para los expertos en temas fitosanitarios, “las palmas son atacadas por lepidópteros (familia de las mariposas) que dañan el sistema foliar de las plantas; y cuando eso pasa, los hongos y las bacterias pueden atacarlas, por eso se secan y se pudren”.
Aunque la sugerencia de implementar un programa periódico de control de las plagas y las indicaciones respectivas fueron entregadas a la administración municipal, las autoridades ambientales cuestionan que “no se han tenido en cuenta”.
“Esas palmas, junto con todo el conjunto arquitectónico que las rodea, constituyen todo un legado físico y moral que debe respetarse. Si es cierto que hay algunos árboles atacados por las plagas y ya están enfermas, debe evaluarse detalladamente su condición y programarse un cambio de las mismas en términos de mediano plazo (cinco años o más) debiendo reemplazarse una a una en forma paulatina dentro de ese período, para que el impacto paisajístico no sea tan drástico”, dijo un ambientalista.
El secretario de Infraestructura Municipal, Iván José Vargas Cárdenas, en su cuenta de Twitter, lanzó un mensaje de tranquilidad a los bumangueses: “No se alarmen por la intervención que hizo el equipo de poda de la Secretaría de Infraestructura, al retirar una de las palmas de este parque, que ya había cumplido su vida útil y se encontraba seca”, escribió.
Los ciudadanos les solicitan al Municipio tener en cuenta que cualquier intervención al Parque García Rovira debe preservar tanto la arquitectura histórica del lugar como el respeto por las especies allí sembradas. Este es un bien de interés cultural por estar en el lugar de influencia de cuatro monumentos nacionales. Además la escultura de Custodio García Rovira también fue declarada bien de interés cultural de carácter nacional, por la resolución 395 de 2006 del Ministerio de Cultura.
Lo anterior indica que se tendría que cumplir con una serie de requisitos para no violar el Plan de Ordenamiento Territorial de Bucaramanga, la Ley de Cultura y el Código Penal, pero fundamentalmente para no irrespetar nuestro patrimonio.
LA HISTORIA DEL PARQUE
No se puede hablar del parque invitado de hoy sin antes referirnos al patriota santandereano en el que se inspiró su nombre: José Custodio Cayetano García Rovira. ¡Así se llamaba!
Él, quien era natural de Bucaramanga, fue elegido en 1812 como gobernador del Socorro.
Con el parque que hoy evoca sus apellidos, García Rovira, se le rindió un homenaje a este importante protagonista de la lucha libertadora que, entre otras cosas, había nacido muy cerca de donde está el parque.
Vale recordar que su mítica casa, que de manera desafortunada hoy está a punto de colapsar por falta de mantenimiento y de voluntad política para restaurarla, se encuentra en la carrera 9 con calle 35 esquina, una cuadra más abajo de donde se adecuó el parque.
¿Cuándo se construyó? Aunque este escenario como tal existe desde comienzos del siglo XIX, hay que advertir que el sitio vivió un proceso de transformación singular, pues antes funcionaba por estos lados una improvisada plaza de mercado.
Era la época en la que Bucaramanga era apenas una pequeña comunidad y al lugar llegaban los labriegos a ofrecer sus productos.
El sitio, entre los años de 1870 y 1880, fue el escenario principal del centro de acopio de la ciudad y justo allí ocurrían las principales actividades políticas y comerciales.
¿En qué momento se pensó adecuar el parque?
En 1886 los gobernantes y los cabildantes trasladaron la plaza a la calle 34 y optaron por renovar el lugar y, por ende, darle vida al referido espacio público.
El Cabildo, en el año 1900 garantizó una suma cercana a los $10 mil (valor de la época) tanto para el arreglo del lugar como para la adecuación del monumento de ‘Firmes Cachirí’, con el recuerdo de Custodio García Rovira.
Dos años más tarde, bajo la batuta del mandatario seccional Alejandro Peña Solano se garantizó la construcción final del parque que, entre otras cosas, fue un respiro ciudadano después de las pérdidas sufridas durante la Guerra de los Mil Días.
El escenario es algo distinto al que vemos hoy, pues al principio en el centro se habilitaron rejas que estaban bordeadas con pequeños árboles.
El día de la inauguración oficial, el 2 de enero de 1907, no se contó con la escultura del prócer.
Tres años después de la entrega oficial se adecuó la referida escultura en bronce, elaborada en los talleres del maestro Xavier Arnold en Hamburgo.
Desde entonces el parque ha sido remodelado en varias ocasiones. Una de ellas, la de 1928, eliminó tanto el jardín como las cercas que rodeaban la escultura; también se adecuaron en sus costados cuatro leones de piedra.
En 1960 se retiraron las imágenes felinas y a partir de esta fecha se ha remodelado en distintas épocas.
Pese a que cada administración de turno, por físico capricho ha ido haciéndoles mejoras tanto en las bancas como en la iluminación y en las aceras, todavía se conserva el trazado clásico del escenario, que asemeja a las plazas españolas.
Si se ve desde arriba, se aprecia un cuadrado que es atravesado por senderos diagonales que se mezclan en el centro hacia la escultura de García Rovira, rodeado de palcos de grama verde que sostienen las gigantes palmeras que crecieron con el parque a través de sus largos años de historia.
REMODELACIÓN DEL ESCENARIO
El parque García Rovira, situado entre las calles 35 y 37 con carreras 10 y 11, será renovado completamente desde su equipamiento urbano hasta el perfilamiento de sus vías perimetrales.
Este parque está conformado por un área de 4.670 metros cuadrados y más de 511 metros lineales de malla vial perimetral.
La nivelación de sus vías asegurará la priorización peatonal en este sector, que potenciará los accesos a hitos arquitectónicos como la Capilla de Los Dolores, la Casa Luis Perú de la Croix y el templo de San Laureano, además de la Plazoleta Luis Carlos Galán, entre otras edificaciones comerciales e institucionales.
Con este proyecto, según el Municipio, se potenciará el uso y aprovechamiento de este espacio con la consolidación de un circuito de actividades, el buen funcionamiento del espacio público, el mejoramiento de la iluminación y protección de su huella ambiental.
