El hombre, identificado sólo como Jonathan M., se dedicó a recorrer las clínicas de fertilidad en Países Bajos (Holanda), su país natal, para donar su esperma. El problema es que la ley europea determina que este procedimiento sólo se puede realizar 25 veces, o ayudar hasta 12 familias en el proceso.
El hombre, habría mentido cientos de veces, y cuando los profesionales de las clínicas empezaron a sospechar, Jonathan comenzó a recorrer centros en Ucrania, Dinamarca y hasta España. Además, contactaba a familias que buscaban donantes a través de internet.
Por esta razón, la fundación Donorkind, que facilita el encuentro de los hijos y hermanos nacidos mediante esta práctica, anunció que lo demandaría por los posibles daños psicológicos y emocionales a padres e hijos afectados.
Demandado por violar las reglas de donación de semen
Las regulaciones son así de específicas por una razón. Si una persona empieza a donar semen sin control, se pueden presentar casos de incesto involuntario, sin contar los problemas de salud mental que se pueden desencadenar ante la posibilidad de tener tantos hermanos en lugares y familias distintas.
“Si hubiera sabido que ya había tenido más de cien hijos, nunca le hubiera elegido. Cuando pienso en las consecuencias que esto podría tener para mi hijo, me entra la incertidumbre sobre su futuro. En conversaciones con el donante, muchas madres le han pedido que parara, pero nada ayuda“, explicó una de las mujeres inseminadas al diario El Mundo.
Directivos de la fundación afirman que 550 es una cifra preliminar, pues se desconocen las veces que donó en clínicas internacionales, en sitios de internet o que realizó donaciones anónimas. Por esa razón, piden que todas las muestras que el hombre ha dejado almacenadas sean destruidas.