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Video: en Piedecuesta, un profesor le enseña a los niños al ritmo de la carranga

Este maestro, quien ya suma 59 años, disfruta de enseñar y considera que a través de la música los niños pueden conocer la historia de su país y apropiarse de los ritmos campesinos.

Al ritmo de la carranga y la música tradicional colombiana, este profesor santandereano les enseña a 17 niños de la vereda El Duende, a contar ‘pulguitas’, mientras aprenden matemáticas.

“Yo tenía diez pulguitas, entre grandes y chiquitas, una roja, cuatro negras, y cinco caramelitas”, así empieza la clase, entre la melodía de la guitarra y las voces de niños que al unísono disfrutan de la ‘parranda’ que Juan Evangelista Mendoza, su docente, les celebra diariamente.

Cuando este profesor carranguero entra al salón, los niños se levantan de sus puestos, y alrededor de él hacen una ronda, porque saben que su maestro sí sabe enseñarles de una manera divertida.

“Ya ni uno necesita cantar, porque la emoción de la música los hace aprenderse de memoria las letras, además de saber contar, restar y entender operaciones matemáticas”, contó este profesor, quien cumple 18 años en la sede El Duende, del Colegio Agroecológico Holanda.

Un legado generacional

El profesor es recordado y querido por padres de familia y jóvenes que en su niñez, fueron sus alumnos, y también cantaron y bailaron al son de su maestro.

“Cuando veo los videos que el ‘profe’ sube de las actividades en clase, me hace recordar de los bailes y las presentaciones que hice en esa misma escuela, mismo salón. Tiempos aquellos”, dice Clemencia Pinzón, exalumna de la ‘escuelita’ de El Duende.

Este maestro, quien ya suma 59 años, disfruta de enseñar y considera que a través de la música los niños pueden conocer la historia de su país y apropiarse de los ritmos campesinos.

“Es bueno que los niños disfruten del folclor colombiano y se alejen de los ritmos del reggaeton que no son apropiados para ellos”, comentó el docente.

Una ‘escuelita’ musical

En esta sede del Colegio Holanda, los niños también aprenden a tocar instrumentos e interpretar el folclor santandereano y colombiano.

“La música es importante para los niños, hay algunos estudiantes que encuentran su vocación como cantantes o músicos”, agregó Juan Evangelista.

Entre los sonidos de las aves, el aire limpio de la montaña, los niños entre cantos también aprender a arar la tierra, en su huerta ecológica.

Alejados de los peligros de la ciudad, la niñez rural de la vereda El Duende, cultiva el buen aprendizaje con docentes y maestras cantantes.

“Yo enseño a los más pequeñitos del curso: preescolar, primero y segundo, que son los más alegres e interesados en aprender”, confesó el docente carranguero.

Además de divertirse cantando los alumnos también les gusta grabar sus rondas para escucharlas en casa, con sus padres, además de enseñarles las coplas que aprenden en clase.

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