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Crisis de Ultra Air y Viva tienen en vilo el turismo en Colombia

No ha pasado un mes desde que Viva detuvo sus vuelos y ya estalló otra crisis: la de Ultra Air. La aerolínea está en aprietos financieros y las autoridades temen que cese sus operaciones.

Como un déjà vu de la noche del 27 de febrero, cuando Viva anunció que suspendería sus operaciones y dejó a miles de pasajeros a la deriva, ayer, en los aeropuertos de Bogotá y Medellín, hubo caos luego de varios retrasos y hasta cancelaciones de vuelos de la aerolínea de bajo costo Ultra Air, que afronta una compleja situación financiera.

Al cierre de esta edición, al menos dos vuelos desde la capital antioqueña –a Santa Marta y Bogotá– habían sido cancelados y las dudas sobre la supervivencia de Ultra crecen. Esto, luego de que la Supertransporte confirmara que afronta una baja liquidez y tiene dificultades para honrar sus deudas.

En efecto, la aerolínea no negó su crisis y pidió ayuda al Gobierno para evitar desaparecer. La situación llegó a tal punto que Ultra dejó de vender tiquetes para vuelos hasta el 30 de abril, y según fuentes del sector esto se debe a que los arrendadores de aviones la tienen “del cuello”.

No es claro si son tres, cinco o las seis aeronaves de Ultra Air que están en riesgo, pero lo cierto es que ante la falta de pago los proveedores le habrían pedido devolverlas y, previendo que debe ajustar su operación, la low cost optó por dejar de vender pasajes y así poder cumplirles a quienes ya tienen reservas para viajar en las próximas semanas.

Ultra responde

Consultada sobre la situación, Ultra aseguró que el miércoles “se presentaron novedades con dos aeronaves, las cuales sufrieron afectaciones técnicas”, por lo cual reprogramó seis vuelos; en esa línea, aludió la reorganización de la operación para evitar contratiempos como motivo para suspender la venta de tiquetes.

Ante esto, la Aerocivil hizo seguimiento y detalló una reducción parcial de las operaciones de la compañía “por motivos técnicos”. Entre tanto, la Supertransporte le dictó una medida administrativa, y, entre otras, Ultra deberá implementar acciones preventivas para responderle a los pasajeros en caso de suspender sus vuelos.

Por ahora la aerolínea está corriendo para encontrar un inversionista que le lance un salvavidas, luego de que JetSmart desistiera de comprarla. La low cost, que genera 350 empleos directos y 1.500 indirectos, mantiene bajo llave sus cifras financieras, pero a junio del año pasado acumulaba pérdidas de $56.937 millones, mientras los pasivos alcanzaban $271.455 millones.

Al igual que Viva, aduce su crisis a los altos precios de los combustibles, la tasa de cambio desfavorable y la inflación, que encarecieron la operación, hacen difícil mantener el modelo de bajo costo y, de paso, están poniendo en vilo la confianza de los consumidores en la industria aérea y la recuperación del sector turístico en el país.

Golpe a la imagen

Claudia Velásquez, una de las mayores expertas de la industria aérea en Colombia, analizó que estos hechos han impactado negativamente la imagen de todas las aerolíneas y prueban que los efectos adversos de la pandemia se prolongaron.

“Las personas o familias que quieran comprar pasajes para Semana Santa o mitad de año, que son temporadas fuertes, lo van a pensar muy bien. Nadie quiere perder su plata y que pase como con Viva, que dijo que no iba a responder. Las aerolíneas con solidez financiera deben salir a brindarle confianza a los consumidores, es una oportunidad para captar pasajeros”, consideró.

Para Velásquez, irremediablemente el precio de los tiquetes subirá debido a la menor oferta y a factores que “estaban cantados” como el regreso del IVA del 19% para estos (estaba en 5% tras la pandemia). Entre tanto, valoró el rol del Gobierno para prevenir una nueva crisis como la de Viva, y sobre Ultra manifestó la importancia de encontrar un rescate en el corto plazo.

Por el momento, fuentes en la industria aérea indican que no hay una tendencia clara sobre el efecto de la salida parcial de Viva del mercado y la crisis de Ultra. “Hemos visto algunas mejoras en las cifras, pero no son considerables. Estamos esperando si las ventas suben o bajan mucho para tener un escenario claro”, dice una de ellas.

Desde Anato, gremio de las agencias de viajes, se insistió al Gobierno sobre la necesidad de revisar minuciosamente los estados financieros de las aerolíneas, mientras que las alarmas están encendidas porque, solo con la salida de Viva, ya hay $20.000 millones por reservas en juego.

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